El uso de drones para la producción de granos y de forraje está creciendo, aunque tiene sus limitaciones, relacionadas sobre todo con la capacidad de carga de los insumos a aplicar y las grandes extensiones que tienen los campos en Argentina respecto de otros países.
Martin Rainaudo forma parte de la empresa Banburubí, que se enfoca principalmente en la aplicación de fitosanitarios mediante el uso de esta moderna herramienta, aunque también están desarrollando otros nichos de mercado como la siembra y la aplicación de insumos sólidos.
“Esta tecnología está creciendo en cantidad y capacidad. Pasamos de tener drones con los que hacías 3 o 4 hectáreas a otros que tienen una capacidad cinco veces mayor. Por eso creo que va a crecer a un ritmo exponencial, tendremos modelos más grandes y eficientes, y esperamos que se vaya avanzando para poder trabajar dentro de un marco regulatorio que ampare a la actividad, como sucede con los terrestres”, dijo Rainaudo en conversación con Bichos de Campo.
Según explicó, la pulverización con drones es una actividad con una dinámica muy estacional y concentrada en los estadios avanzados de los cultivos, ya que si bien pueden usarse todo el año, es justamente en esas épocas donde evitan pérdidas económicas por pisado de la maquinaria terrestre.
Además, logran muy buena penetración en los canopeos densos, lo que obliga a buscarle otras actividades como puede ser la siembra aérea, el mapeo de malezas u otro tipo de oportunidades de trabajo en las épocas de baja demanda de la pulverización tradicional.
“China es el país pionero en el uso de drones pulverizadores, donde se trabajan una o dos hectáreas por campo. Acá es diferente, las superficies son claramente mayores y eso ya es una primera limitante”, explicó Rainaudo.
Esa tecnología se fue adaptando a las condiciones de la región y los drones, que hace pocos años cargaban 10/15 litros y permitían hacer 4 hectáreas por hora, ahora cargan 50 litros y pueden hacer 15/16 hectáreas por hora.
Entre las ventajas de su uso, el experto destacó “el hecho de no pisar los cultivos, lo que sí sucede cuando entra un equipo terrestre”. También señaló que “es mucho más útil en terrenos irregulares”.
La firma Banburubí opera especialmente en el triángulo que se forma entre Pergamino, Rojas y Salto, donde hay mucha producción de semillas de maíz. “Son trabajos muy exigentes, donde cada planta de maíz tiene un valor enorme”, reconoció Rainaudo.
El especialista contó que cuando entra un equipo terrestre, se pisa entre el 1% y el 5% del cultivo. “En una soja de 4.000 kilos te estás ahorrando entre 40 y 200 kilos por hectárea. Quizás se gaste un poco más en la tarifa de la aplicación pero eso se sobre compensa por la menor pérdida de rinde”, detalló.
Entre las desventajas o restricciones del sistema recordó: “Uno trabajaba con determinados litros por hectárea, que nos obliga a operar con gotas de tamaño chico para alcanzar buenas coberturas y llegar al impacto que se necesita. Esas gotas son muy sensibles a la deriva. Eso es una limitante con la que hay que aprender a convivir”.
Esa situación, por lo tanto, exige un uso correcto y personal capacitado.
“A diferencia de un equipo terrestre, esto es mucho más sencillo de utilizar: se marca el lote, se le cargan los parámetros y se lo comanda por control remoto. Como resulta tan sencillo, muchas veces se lo utiliza de forma indebida sin tener en cuenta el efecto del viento en la aplicación”, reconoció Rainaudo.
Al dron también lo están utilizando para la siembra aérea en reemplazo de los aviones. “Tiene limitaciones operativas pero buen nivel de aplicación: se pueden sembrar 20/22 kilos de raigráss o de vicia por hectárea a razón de 14 hectáreas por hora”, señaló.
El especialista le ve ventajas a esta tecnología, pero no cree que reemplazará al equipo terrestre sino que se irá dando una convivencia entre los dos sistemas, en función de la conveniencia de su uso en cada caso.
“Las prestaciones de un equipo terrestre en ciertas situaciones son difíciles de alcanzar con un dron, por eso creo que serán tecnologías que convivirán y el dron tendrá sus nichos en los cuales dará un servicio cada vez mejor”, concluyó.