“De correntino tengo el orgullo y de entrerriano la visión”, dice el productor Martín Rapetti Erro. Su doble apellido explica su doble origen, porque su madre, de la familia Erro, fue correntina y su padre, de los Rapetti, entrerriano. Él eligió continuar en ambas provincias el legado familiar que inició a fines del 1800.
Para un ruralista de carrera como él, hablar de “revolución” o de “momentos únicos” no es tan común. Lo ejemplifica con el caso de la ganadería, un sector en el que ha trabajado toda su vida, como productor y dirigente, y que aún no ha visto despegar en sus provincias. “Discrepo con los que dicen que esto es el boom de la ganadería”, señaló en diálogo con Bichos de Campo.
Lo cierto es que, además de los años dedicados a la cría, los caballos y a la producción de búfalos en Gualeguaychú y Curuzú Cuatiá, también lo avala su currículum. Tras su paso por diversas entidades del agro, actualmente es coordinador de la comisión de carne por Farer en CRA y delegado en el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).
Con 5 generaciones familiares dedicadas al agro, el dirigente cree tener los argumentos necesarios para definir la ganadería del Litoral. Y, si tiene que ser sincero, asegura que falta mucho por hacer, porque los stocks aún son bajos, faltan crecer los índices de preñez y aún no pueden sumar tantos kilos.
“No hemos evolucionado todo lo que corresponde”, aseguró. Si tiene que distribuir culpas, habla de retenciones y límites impuestos a las exportaciones, por nombrar algunas de las “políticas anti campo” que provocaron la caída en los niveles históricos de stock vacuno.
Mirá la entrevista completa con Martín Rapetti Erro:
En el caso de Corrientes, aún hoy se ven los efectos de los intentos frustrados de fortalecer la cadena en los noventa. Sin grandes frigoríficos exportadores, la actividad ganadera de la provincia no tiene incentivos para el engorde y la terminación, y suele concentrarse en la actividad primaria.
Con unas 5 millones de cabezas de ternero, suelen hacer cría, venden a con bajo valor agregado y luego reciben camiones refrigerantes con la carne faenada. Eso da cuenta del problema estructural que atraviesan.
“Para hacer recría tenés que invertir, y eso no lo tenemos”, lamentó el ruralista, que considera que Corrientes aún atraviesa déficits en aspectos muy básicos, como la electrificación y los caminos.
Si tiene que hablar de Entre Ríos, la otra provincia en la que trabaja en su campo familiar, tampoco tiene mucho de lo que jactarse. De hecho, el mismo fue testigo de la reconversión que atravesó el sector arrocero en ambas provincias, pues cayó en Entre Ríos y creció en Corrientes.
En su campo de Gualeguaychú, por ejemplo, tiene sus campos parados porque no dan los números. “Es como si salieras a repartir soda en una V8”, ilustró. El gran problema es el alto costo que tiene mantener las bombas de agua que sirven para irrigar los pozos: Ellos ya han probado con gasoil, electricidad y gas y tuvieron que desistir, al menos por ahora.
A eso se le suma la pérdida de competitividad que genera la carga impositiva. “En Entre Ríos, de cada 100 pesos, 70 se lo llevan los gobiernos nacional, provincial y municipales”, aseguró el productor, que responsabiliza por ello la retracción que ha tenido la actividad arrocera en esa provincia.
En el otro extremo está Corrientes, que ha logrado erigirse como la mayor productora de arroz a nivel nacional. “No sé cuánto nos ayudó el Estado”, dice Rapetti Erro, que pone algunos paños fríos sobre las declaraciones del gobernador Valdés, que ha intentado, en varias ocasiones, capitalizar esa reconversión productiva.
Gran parte de ese “boom” -tal vez en este caso sí sea pertinente el sustantivo- es gracias a la infraestructura hídrica, pero lo cierto es que también allí fue clave la mano privada. De seguro que sirvió el incentivo estatal, pero la cuenta, al final del día, la pagaron los mismos productores.
Por poner un ejemplo, él mismo puede mencionar cómo es que logró instalar su producción arrocera en Corrientes. “Nosotros hicimos una represa para 400 hectáreas e invertimos de nuestro bolsillo 1 millón y medio de dólares”, recordó.
Absolutamente de acuerdo con Martin Rapetti considero que mientras este estado elefantiasico nos siga esquilmando con impuestos sin devolvernos nada no vamos a crecer en la provincia de corrientes y hay potencial .como contrapartida ese estado no invierte y tenemos rutas destruidas electrificación rural obsoleta y debemos financiarnos la salud la seguridad la educación etc etc .Quiera Dios que este gobierno logre ir cambiando do todo esto
Me encantaría que desglose ese 70 % de impuestos como dice el productor