Las relaciones de precios en la producción de leche siguen siendo positivas y ayudan sin dudas a la rentabilidad de los tambos. Sin embargo, eso podría cambiar.
Según el último informe del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), elaborado en base a información de diferentes fuentes como el INTA Rafaela, el precio comienza a retrasarse, aunque sigue habiendo buen poder de compra respecto de la mayor parte de los costos.
“Las relaciones de precios entre la leche y los principales insumos utilizados en la producción se vienen deteriorando, debido a que el ajuste de precios de la leche al productor, en los últimos meses, está por debajo de los índices inflacionarios. A pesar de ello, los indicadores todavía son favorables, es decir, mejores que las medias históricas y las referencias habituales”, señalaron desde OCLA.
Esta situación mantiene viva la sonrisa en muchos productores, pero otros ya se muestran preocupados por lo que se les viene, ya que la industria necesita recomponer márgenes y, ante un escenario de creciente oferta, el ajuste viene por el lado del precio que pagan a los tamberos. En efecto, al menos en los últimos dos meses su valor subió menos que la inflación.
Por ahora las cuentas dan bien. Con un litro de leche se pueden comprar 2 kilos de maíz y 1,5 de soja. En cuanto al balanceado, la capacidad de compra mejoró 14% respecto de 2024.
También lo hizo la capacidad de compra de las vaquillonas. Eso no es un dato menor ya que alienta la reposición del stock en los tambos, lo que se dio al menos en el inicio de este año, cuando el número de establecimientos productivos cayó, al tiempo que creció el de animales en ordeñe.
Lo que sí se deterioró fue la relación entre el precio de la leche y el costo de hacer una pradera o un silo de maíz, respecto de los números que se manejaban el año pasado. Sin embargo, tal y como marca el informe, sigue siendo mejor que el promedio histórico.