Las plantas carnívoras despiertan una mezcla de fascinación y respeto por su aspecto exótico y su singular forma de alimentarse. En el Congreso Nacional de Viveristas, el stand de Devoplants captó todas las miradas con una colección de ejemplares coloridos, de formas inusuales y aspecto casi alienígena. Allí, Nahuel, uno de sus responsables, compartió su conocimiento sobre estas especies que, más allá del mito, resultan sorprendentemente resistentes.
“La Sarracenia es una de las más llamativas”, explicó. Esta planta desarrolla estructuras tubulares verticales, como pequeñas jarras, que utilizan para atrapar insectos. “Produce néctar alrededor de la boca del tubo. Cuando los insectos se acercan, caen adentro y no pueden salir porque hay pelitos internos que los empujan hacia abajo. Ahí empieza la digestión”. El proceso le permite a la planta absorber nutrientes directamente de sus presas, una estrategia adaptativa frente a suelos pobres.
Aunque puedan parecer delicadas, muchas especies carnívoras son ideales para cultivar en casa. “Son plantas fuertes, no tan complicadas como la gente piensa”, aseguró Nahuel. Sugiere mantenerlas al aire libre y garantizarles al menos tres horas de sol directo por día. “Mientras más sol, mejor. Incluso resisten el frío. En invierno entran en una especie de hibernación: se secan por completo, pero el rizoma queda vivo bajo tierra y rebrota en primavera”.
Entre las más conocidas está la Dionaea muscipula, o Venus atrapamoscas. Famosa por sus ‘mandíbulas’ móviles, comparte los mismos cuidados básicos: mucho sol, riego adecuado y paciencia en los meses fríos. “La gente cree que se muere en invierno, pero en realidad solo se está tomando un descanso”, aclaró.
El riego es un punto clave. Como estas plantas provienen de humedales del sur de Estados Unidos, requieren un sustrato pobre en nutrientes pero con alta retención de humedad, como una mezcla de turba con perlita. “Se riegan por bandeja, desde abajo, y siempre con agua sin minerales: puede ser de lluvia, destilada o de aire acondicionado. Nada de agua de la canilla”, advirtió.
Lo más notable es su capacidad para resistir condiciones climáticas adversas. “Tenemos macetas en Cañuelas que pasaron inviernos enteros congeladas y en primavera brotaron como si nada”, contó.
Otro género fascinante es el de las Nepenthes. A diferencia de la Sarracenia, estas desarrollan jarras colgantes, como pequeños cántaros que cuelgan de los tallos. “También producen néctar, y algunas variedades grandes pueden llegar a atrapar pequeños roedores”, comentó Nahuel. Con el tiempo, pueden comportarse como plantas trepadoras.
¿Es necesario alimentarlas manualmente? “Para nada. Ellas se encargan solas. Pero si te divierte, podés tirarles una mosca de vez en cuando. No se van a quejar”, bromeó.
Lejos de ser caprichosas o aterradoras, las plantas carnívoras son una opción accesible y sorprendente para sumar al jardín o al balcón. Una propuesta distinta para quienes buscan conectar con la naturaleza desde otro ángulo.
La nota completa, en exclusiva para el equipo de De Raíz