Tal vez el momento menos feliz de toda reunión es cuando llega la cuenta. Peor aún si la fiesta duró varias décadas y nadie atinó a saldar los costos. Eso es un poco lo que le sucede a la agricultura con el uso de los nutrientes del suelo. Hemos vivido tanto tiempo “colgados del cable”, sin reponer, en el mejor de los casos, más que la mitad de lo extraído, que los números están en rojo y empieza a hablarse de cómo vamos a pagar.
30.000 millones de dólares es lo que dice el ticket. Al menos así lo aseguró el presidente de la asociación civil Fertilizar, Roberto Rotondaro en el simposio anual celebrado en Rosario.
Y no es un cálculo hecho en el aire, explicó Rotondaro a Bichos de Campo, sino que se desprende de un trabajo impulsado por el organismo sectorial en el cual se estimó de cuánto es la brecha entre los nutrientes que se tomaron del suelo y los que se han aplicado. Si quisiéramos reponer lo perdido durante los últimos 30 años, habría que hacer una gran “vaquita”, porque no alcanza con la buena voluntad.
Parece que hablar de déficit no aplica sólo a las cuentas del Palacio de Hacienda. Y parece que el Tesoro Nacional no es el único que acumula deudas descomunales. Los 30.000 millones que debería desembolsar el agro en fertilizantes para reponer nutrientes es, justamente, la mitad de la deuda externa argentina, y también el resultado de décadas en que nos dejamos estar, maravillados por los buenos rendimientos y preocupados por una estructura de costos siempre en el limbo.
Sin embargo, aunque a priori sea mucho, el referente puso paños fríos: “30.000 millones de dólares parece una cifra muy grande, pero el sector agropecuario, en los últimos 20 años, aportó vía retenciones 200 mil millones. Entonces lo que debemos es el 15% de las retenciones”, señaló.
La razón por la que, hasta ahora, nadie haya atinado a pagar la cuenta es porque no vimos los efectos concretos de no haberla saldado antes. Pero lo que marcan los estudios realizados por el INTA Balcarce, y que presentó el investigador Hernán Sainz Rozas durante la primera jornada del simposio Fertilidad 2025, es que las malas noticias sólo se multiplican. Estamos en una especie de momento cúlmine en cuanto a la caída en los niveles de materia orgánica y nutrientes.
Mirá la entrevista completa con Roberto Rotondaro:
“Es un costo oculto que el suelo está subsidiando”, aseguró Rotondaro, que replicó un poco el propósito de la cumbre celebrada en Rosario y llamó a tomar en serio la evaluación de los suelos y la inversión en fertilización. Las estimaciones indican que deberíamos aplicar no menos de 9 o 10 millones de toneladas anuales, mientras que a duras penas, en los mejores años, llegamos a 5. Sólo cubrimos el 50% de lo que le quitamos al suelo, había recordado a este medio el consultor Fernando García.
La cuestión está en cómo evitar que el monto en rojo de la “caja de ahorros” se siga incrementando. “Gran parte de las brechas se pueden corregir con fertilización”, insiste el referente, en línea con lo que se advierte en cada edición de la cumbre anual. Y no es poco lo que hay que invertir, porque Rotondaro habla de “duplicar el uso de nitrógeno, multiplicar el uso de fósforo y multiplicar por 6 el uso de azufre”. De allí viene la famosa cifra de los 30.000 millones de dólares.
Sería necio escindir esta discusión de la compleja coyuntura económica, y los continuos vaivenes que azotan la estructura de costos y ganancias de los productores. A fin de cuentas, nadie quiere pagar la cuenta si sus propios números están en rojo, pero el problema es que en el agro uno no puede quedarse lavando los platos.
En ese sentido, Rotondaro insiste en pensar en la compra de fertilizantes como una inversión. Lo mismo para los análisis y estudios para conocer sobre la salud y los nutrientes del suelo. “El uso de fertilizante impacta directamente en la productividad”, aseguró el presidente de la entidad, aunque también insiste en hablar de calidad más que sólo de cantidades.
En esta discusión también se cuela otra variable, que es la del origen de los insumos. Durante 2024, las importaciones de fertilizantes se incrementaron en un 10% y trajimos más de 3 millones de toneladas del extranjero. Sólo un tercio de los nutrientes que aplicamos en nuestros suelos son de origen nacional.
Con la posibilidad de que el precio internacional de los fertilizantes continúe en alza durante este año, esa dependencia exterior también preocupa al sector productivo. “Nos gustaría que vuelvan a valores históricos de hace muchos años”, afirmó Rotondaro, que aún así insta a animarse a gastar más para recuperarlo cosecha a cosecha. En definitiva, en algún momento hay que empezar a pagar la cuenta.
Resumen: Los mismos que te venden los insumos (cada dia mas caros) ahora te dicen que tenes que usar MAS insumos para recuperar el suelo que destruiste por producir con los insumos que te vendieron antes. Por que no mejor pensar en producir de otra manera??? Se puede, esta demostrado.
LA SALIDA ES CON LA AGROECOLOGÍA!!!