Que la lechería argentina tiene muchas posibilidades de seguir creciendo es algo que muchos tienen claro, a pesar de los mensajes negativos que siempre pululan en el sector. Por suerte, los optimistas siguen abundando y trabajan para que esto se concrete.
Este viernes, en el Parque Industrial de Tandil, quedó inaugurada una planta industrial para la fabricación de queso mozzarella. El emprendimiento cuenta con toda la fuerza del sector cooperativo.
Con 83 años de historia, la Cooperativa Agropecuaria de Tandil Ltda (Coopagro) sigue invirtiendo en el agregado de valor para la producción de sus más de 500 asociados. Tiene como principal negocio el acopio y la comercialización de cereales, además de la venta de insumos agropecuarios.
“Dentro de la visión de la cooperativa siempre tuvimos en claro la necesidad de agregarle valor a la producción primaria de nuestros asociados, donde se incluyen maíz, trigo, soja, girasol, cebada, leche, carne y miel”, comienza explicando el contador Daniel Álvarez, director ejecutivo de la institución.
La primera experiencia fue el desarrollo de tres plantas de alimento balanceado que funcionan en Tandil, General Belgrano y Castelli. Siguieron dos fábricas de expeller de soja en Tandil y General Belgrano; un molino de maíz en Tandil donde producen polenta y también una fábrica de snacks.
Pero, añadió el directivo, “siempre fue nuestro objetivo llegar a agregar valor a partir de la leche que la Cooperativa comercializa por cuenta y orden de nuestros socios”, siendo un promedio de 300 mil litros diarios que se venden en empresas que operan en la región.
“En el año 2020 comenzamos a pensar en el desarrollo de una fábrica de mozzarella, porque entendimos que era la mejor opción para el tipo de perfil de producción que tenemos”.
Con maquinaria alemana e italiana, pero con el montaje a cargo de la empresa rafaelina IMAI, la planta que tiene una capacidad de proceso de hasta 150 mil litros diarios cuenta con la tecnología más novedosa en el sector. Desde el vamos, puede absorber la mitad de la leche cruda que sale de los socios con tambos.
Después de casi cuatro años y medio, habiendo superado todo tipo de alternativas en el medio, con complicaciones para el giro de dólares de los pagos de la tecnología extranjera, con capital genuino de CoopAgro y con un crédito del Banco de la Nación Argentina, en una inversión cercana a los 14 millones de dólares, se llegó a una emocionante inauguración.
Para Álvarez, “el objetivo está puesto en el mercado externo, pero también desarrollar negocios en el mercado interno”. La Mozzarella es el segundo producto lácteo entre las exportaciones del sector, con 18% del total, dirigido fundamentalmente hacia Brasil.
“La cooperativa no es una industria láctea, sino que a nuestros negocios habituales vamos agregar a la comercialización de leche la mozzarella, de forma tal de aprovechar las ventajas competitivas de tener la provisión de la materia prima al lado de la fábrica, de contar con gran tecnología y evitar trasladar la leche a más de 500 kilómetros, como va la mayoría de la zona producida en Tandil, a los centros de producción que están en Buenos Aires, en Villa María, o en Rafaela”, explicó el contador sobre la lógica de este inversión.
Coopagro se orientará netamente a la producción de mozzarella y la venta puntual de exportación, porque no cuenta con la estructura de distribución como las industrias lácteas, diversificando el negocio lechero que tenían hasta el momento con la producción de unos 60 socios dedicados a esta tarea.
“Ya hace aproximadamente tres años que derivamos leche a la Cooperativa de Arroyo Cabral en Córdoba, para su proceso y venta a Brasil, a través de ACA Exportación. Ahí hemos ido desarrollando algún mercado, con buenas condiciones, con las habilitaciones correspondientes, vamos a seguir trabajando en ese sentido. Entonces la primera escala del mercado externo sería Brasil, por ser un destino de excelencia para la mozzarella argentina”.
Con el orgullo de crecer, Álvarez entiende que “siempre fue un anhelo de la cooperativa estar muy cerca de nuestros socios productores, conteniendo a un sector que es muy promisorio, pero también muy castigado, con crisis recurrentes. Por eso siempre estamos trabajando para buscar alternativas, ayudando con aciertos, con errores, pero siempre pensamos desde la cooperativa un proyecto de este tipo”.
“Esta no va a ser la solución para la problemática de lechería de la cuenca Mar y Sierras, pero en la medida que se trabaja en conjunto, con la unidad de comercialización, es posible que podamos lograr que la cuenca sea lo más competitiva posible y nuestros socios consigan un mejor precio”, consideró.
La planta de mozzarella arrancará con el proceso de 30 mil litros diarios y podrá ir avanzando a los tres turnos diarios de 50 mil litros, pero primero “tenemos que lograr equilibrio, lograr estabilizar la producción y tenemos mucho camino por delante”.
Desde siempre, “la visión de la cooperativa ha sido crecer. Si uno no crece, retrocede. Siempre hay posibilidades de crecimiento, andando por terreno seguro”, añadió el directivo.
Para la lechería argentina, de todas las escalas, las oportunidades están y el esfuerzo se refleja en inversiones de todos los tamaños. Tandil da este paso fundamental que no sólo aporta al sector lechero, sino que fortalece los valores y la tarea cooperativa de gran forma.