El sector yerbatero en Misiones no tiene paz. Desde que asumió el gobierno de Javier Milei todas fueron malas noticias para los colonos de todo el territorio, en particular desde que se publicó el DNU 70/23 recortando las facultades del Instituto Nacional de Yerba Mate (INYM).
Con esa decisión, se dejó al mercado liberado, y desregulado, tarea que era del instituto desde hace casi 25, cuando se creó por ley ante una situación a la de hoy. En ese momento, los productores cobraban por su producción precios muy por debajo de los costos de producción, que los mantuvo en la pobreza y la marginalidad. El INYM, entre sus facultades principales, mediaba entre la industria y los colonos para que el comercio sea justo para las dos partes.
Esto llevó a que incluso productores yerbateros denuncien penalmente a Milei por incumplimiento de los deberes de funcionario público, ya que debería nombrar a un presidente del instituto y de esa forma recuperar –en parte- el funcionamiento del INYM, algo que hasta ahora no hizo, y todo parece indicar que no hará.
A esta desidia del gobierno nacional se le suma la del provincial, que no solo no ayuda, sino que hace promesas que no cumple. Desde la cartera productiva del gobierno misionero fomentaron la creación de una mesa, encuentros y mediaciones con la industria para garantizar un precio justo para los colonos. Nada de todo eso tuvo resultados positivos hasta ahora.
Con este escenario, los productores se cansaron y llevan ya meses al costado de la ruta, acampando y haciendo visible la problemática. Si bien de forma intermitente, diversos focos se extienden a lo largo y ancho de Misiones, expresando malestar. En el norte, en la zona de Andresito, hubo un acuerdo por un precio mejor, y los productores volvieron a cosechar la yerba mate. En el centro y sur, los acampes se mantienen.
Al centro de la provincia, entre Campo Viera y Campo Viera, productores retomaron la protesta en el día de hoy, luego de descansar el fin de semana, con una nueva mala noticia. Los secaderos proponen pagar parte de la producción en cheques a largo plazo: entre 30 y 180 días.
Esto se suma a lo que los colonos consideran un precio injusto. El INYM estableció un costo de 355 pesos por kilo de hoja verde. Eso es lo que sale producir. La industria está pagando 300 pesos, 100 de esos en efectivo para poder pagar los servicios logísticos y cosecha, y el resto en cheques a larguísimo plazo.
“Volvimos a la ruta. Nos fuimos el fin de semana a descansar y a esperar a ver qué ofrecían las industrias. La verdad que está todo mal porque están ofreciendo por debajo del costo. Están ofreciendo 300 pesos por kilo de hoja verde de yerba mate. Prometen que van a dar 100 pesos en efectivo, que es para el servicio, tarefa y flete, y el 200 restante que están dando cheques 30, 60, 120 y hasta 180 días. Es imposible que podamos trabajar de esa forma”, contó a Bichos de Campo Karina Gural, productora de Campo Viera.
Fue así como se volvió a endurecer la protesta. La Ruta Nacional 14, entre Campo Grande y Campo Viera, se encuentra parcialmente cortada, con un acampe de productores dando a conocer la problemática.
Desde ese punto, repiten que el precio que ellos consideran como justo, está cerca de los 460$ por kilo. Muy lejos de lo que ofrece la industria.
“No podemos trabajar de esa manera. Es imposible. Es regalarle nuestro producto a los secaderos. Estamos en la ruta pidiendo un precio justo, pidiendo que los gobiernos de turno se hagan cargo del desastre que hicieron con nuestro sector. Tanto nacional como provincial son responsables de lo que nos está pasando”, aseguró también la productora misionera.
La disputa por el precio mantiene a los colonos a la vera de la ruta desde diciembre. La cosecha desde entonces se mantiene paralizada. Desde la agrupación Impulso Yerbatero, que propone una venta por goteo de yerba verde, estiman que el éxito de este paro llevó a que casi el 50% de la materia prima viene de Corrientes, cuando ese porcentaje no suele superar el 15%. Resta evaluar lo sucedido en marzo, con el grueso de la cosecha contabilizada.
“No estamos trabajando. Los que están trabajando son las empresas y los prestadores de servicio, porque tienen su plata, tienen su efectivo cada fin de semana. Nosotros los productores estamos mal, muy, muy mal” aseguró Gural.
“Trabajamos todo el año, cuidamos los yerbales, invertimos en él y hoy queremos recuperar lo nuestro. Es como todo trabajador. Pedimos a los gobiernos que nos dejen trabajar, pero con nuestra herramienta de trabajo, que es el INYM. Necesitamos que el presidente de la Nación fije un presidente para nuestro instituto donde se unan las partes, se acuerde y se comprometan y le obligan a la industria a pagarnos el precio que corresponde”.
Finalmente, la productora implora por clemencia, y busca soluciones extraterrenales: “Estamos acá firmes. Pedimos a Dios que ponga su mano sobre esa gente, sobre esas personas que definen nuestro futuro y que realmente abran los ojos y vean que es vergonzoso lo que están haciendo con las familias yerbateras”.