Un partidito. Un asado. Unos vinos. Una sobremesa con chistes y anécdotas… y se terminó la reunión de amigos. Ya sea que se habló mucho o poco, el caso es que no se “habló”, en el sentido de manifestar sentimientos, reflexiones y mucho menos, miedos. Pero no es novedad que los varones evitan hablar de estos temas y el mundo agropecuario no es la excepción.
Toda esta intro es para dar pie a lo que dice Diego Álvarez de Agroconceptos: “No solo las plantas se estresan, el estrés del agricultor es una realidad de la que pocos hablan”, asegura este agrónomo que hace rato que viene pensando sobre esto. “La vida en el campo está llena de desafíos que la gente en general desconoce y es más: estudios recientes en Estados Unidos y Canadá han revelado que los agricultores enfrentan niveles de estrés y depresión más altos que la población general”.
Esta situación se debe a varios factores, como lo impredecible del clima, los precios volátiles de los granos y, en gran parte, el aislamiento: “A pesar de los avances tecnológicos, la agricultura sigue siendo una labor solitaria, muchos agricultores trabajan largas horas en sus campos, lejos de sus familias y amigos. Este aislamiento puede intensificar el estrés y la depresión, ya que la falta de interacción social y apoyo emocional se suma a la carga que ya llevan”, describe Diego.
¿Será por todo esto que a los productores se los tilda de quejosos y que siempre están “llorando” sobre lo difícil que es todo para la gente del campo? (Al menos esa es la imagen para mucha gente de ciudad). Luiz Gonzaga Brancher, psiquiatra, psicólogo y productor agropecuario en Brasil, acerca algunas respuestas sobre este tema. Lo primero que dice es que el fenómeno de “la queja” ocurre en todos los países y que puede tener una explicación, según el psicoanálisis.
“Según Freud, existen tres situaciones que causan mucha angustia en el ser humano: los conflictos socioculturales (guerras, problemas políticos); los trastornos corporales (enfermedades) ¡y los problemas climáticos! (sequías, inundaciones). Estos tres factores generan una cierta fragilidad en nuestra existencia pero nuestra mente se las arregla para negarlo un poco, de lo contrario no podríamos vivir. El tema es que con la Pandemia esta fragilidad se hizo más consciente, en especial, para el sector agropecuario”, explica.
“En Brasil nos pasa que las tierras tropicales ocupan el 80% del territorio y tienen baja fertilidad. Por lo tanto, para producir tenemos que invertir mucho en fertilizantes y también en agroquímicos ya que el calor genera una amplia gama de microorganismos, hongos y bacterias que producen todo tipo de enfermedades y todos estos factores, esta amenaza de inestabilidad, generan una ansiedad que puede descargarse en el cuerpo como angustia y otros síntomas que son una tentativa de proteger el sujeto de un dolor psíquico. Así, puede evolucionar desde un desanimo o baja energía, hasta diferentes formas de depresión”.
-¿Ayudaría hablar abiertamente? Por ejemplo, que en todos los congresos técnicos que se organizan (de siembra, de fertilizantes, de negocios, etc.) haya un espacio para contar “cómo me siento”.
-Muchas personas, especialmente los hombres, no hablan de sus miedos o malestares porque los ven como un signo de debilidad…cuando es todo lo contrario, porque tomar consciencia de lo que se padece es el primer paso para restablecerse. Por este motivo, por esta reticencia, es mejor buscar espacios de privacidad para hablar de estos temas de “salud mental”, categoría que Freud describió de una manera simple y clara.
-Lo escucho…
-Es la capacidad de trabajar y amar. O sea, cuando algo en estas áreas está comprometido y no funcionan bien, es necesario un cuidado especial. Normalmente, cuando se habla en cuidados psíquicos se piensa en terapia, charlas. Esto es así porque nuestro psiquismo se estructura por los registros vivenciales de las primeras experiencias de vida, en la atención de las necesidades vitales sin las cuales el bebé no sobreviviría. Estos cuidados vienen acompañados de palabras y, a través de las palabras, el sujeto va construyendo su percepción del mundo.
-Por eso cuando uno hace terapia el relato de lo que nos ocurre ya brinda información, sobre todo a nosotros mismos (al escucharnos).
-Claro, porque las terapias son encuentros donde a través del decir el sujeto trata de entender qué le pasa. Sin comprometer la privacidad, estas charlas y reuniones serían importantes y de gran ayuda para los productores. En lo personal, como productor sufro las tensiones propias del sector y uso mis conocimientos terapéuticos como ayuda. Creo también que la producción agropecuaria es una actividad compleja y con altos riesgos, que nos demanda mucho y debemos hacer nuestra tarea lo mejor posible.
“¿Dónde te agarró este sábado? 🌾🚜
Nosotros, en el campo, cosechando trigo y disfrutando del trabajo que más nos apasiona. 💪 Contanos, ¿cómo pinta tu día? 👇 #CosechandoTrigo #SábadoDeCampo #Agroconceptos” pic.twitter.com/y8QhsxyWTg
— Agro Conceptos (@AgroConceptos) November 23, 2024
Teniendo en cuenta esta situación de estrés o de miedos, donde hay cosas que no se dicen, desde Agroconceptos Diego Álvarez propone algo innovador: un lugar en el que, además de brindar información técnica y dura sobre tecnología y producción, hay un espacio para hablar de salud mental.
“En Agroconceptos, entendemos que ser agricultor va más allá de sembrar y cosechar, es una labor que conlleva una enorme responsabilidad y, a menudo, un gran sacrificio personal. Por eso, nuestra misión es apoyar y ayudar a otros agricultores a manejar estos desafíos, proporcionando un espacio para compartir experiencias, aprender juntos y recordar que no estamos solos”.
“Es fundamental que los agricultores se conecten para formar redes de apoyo, porque hablar con otros que entienden lo que estás pasando puede ser increíblemente terapéutico: a veces, saber que no estás solo en tus luchas puede aliviar una gran parte del peso”, asegura.
“Es importante que los agricultores y sus familias reciban capacitación sobre cómo identificar los signos de estrés y depresión, antes de que se conviertan en un problema mayor. También es vital fomentar un ambiente donde buscar ayuda no sea visto como un signo de debilidad, sino como un paso hacia la resiliencia”, enfatiza. “Debemos romper ya el estigma en torno a la salud mental en la agricultura, es hora de reconocer que el bienestar emocional es tan importante como cualquier otro aspecto del trabajo en el campo”.
Es un sector que carecemos de unión para ser tenidos en cuenta por la sociedad pero más que nada por los sistemas políticos .
El clima siempre fue así y será así , pero no hay duda de que somos desunidos y por eso no tenemos fuerza . Y cuán fasil sería darles un golpe de realidad . Agro y transporte y se para la economía . Es hora de hablar .