Luego de que el 1 de noviembre se emitiera un comunicado a nombre del Conicet con argumentos sobre la supuesta superpoblación de guanacos que denuncian los productores de ovinos de la Patagonia austral, el biólogo santacruceño Chacho Blake cuestionó numerosas aseveraciones de ese comunicado, prolongando la polémica.
A pesar de estar escrito en un tono definitivo a efectos de desmentir “afirmaciones falsas, confusas y carentes de sustento”, Blake argumentó que ese escrito del Conicet contiene una serie de supuestas aclaraciones que son hipotéticas, erróneas o sin fundamento. Blake propone trabajar junto con Conicet y científicos argentinos para evitar la desertificación de la Patagonia, y sigue preocupado por la cantidad de información errónea que se sigue publicando.
Además de su formación científica, Blake es un ambientalista y conservacionista con más de tres décadas como miembro del World Wildlife Fund. Por eso invita a los autores de este comunicado del Conicet a un debate público y abierto, en vez de un ida y vuelta cansador en los medios.
Este es la respuesta de Blake al comunicado del Conicet:
¿Cuantos millones? “Se estima que antes de la introducción del ganado ovino, al menos 22 millones de guanacos habitaban la Patagonia”.
No hay cita alguna para esta cifra –que no sorprende: imposible obtener evidencia para documentar ese número fehacientemente. Pero basta barajar los números para ver que esa cifra no tiene sentido: la superficie de la Patagonia entera (Neuquén + Rio Negro + Chubut + Santa Cruz + Tierra del Fuego + la Región chilena de Magallanes), excluyendo lagos y alta montaña, es aproximadamente 800.000 km2. Por lo tanto 22 millones de guanacos significaría una densidad de 28 guanacos por km2. La densidad de guanacos en el Parque Nacional Monte León – donde los guanacos están por encima de capacidad de carga y de donde emigran guanacos por falta de pastizal – es de unos 20 guanacos por km2.
Además, aunque Pigafetta, Darwin y otros hablan de grandes cuadrillas de guanacos, mencionan centenares y no miles (ni hablar de los 16.600 que se relevaron en Estancia Angelina [sudoeste de Santa Cruz] en Junio este año). Cuando Musters y otros exploradores cruzaban la meseta, pasaban hambre porque no había abundancia de guanacos. Por algo los pueblos originarios de la Estepa Patagónica eran nómades, viviendo en pequeños grupos familiares: una densidad de 28 guanacos por km2 hubiese soportado grandes aldeas como lo hacía el bisonte con los Blackfoot (Niitsitapi), los Comanche y los Sioux en las grandes planicies norteamericanas.
Esto se ve claramente en estas pinturas:
¿Regulación de densidad o de población? “La especie regula su densidad según la disponibilidad de forraje, mediada por el comportamiento territorial característico de los grupos familiares”.
La regulación de densidad no tiene nada que ver con la regulación poblacional: el mismo número de animales simplemente se esparcen en un área más grande – ¡la Patagonia es enorme! Esta regulación de densidad causa la dispersión difusiva de los guanacos, resultando en la aparición de guanacos en lugares donde no se veían antes: precisamente lo que ha estado ocurriendo estos últimos años en Santa Cruz.
La gran mayoría de las hembras adultas llegan a Octubre/Noviembre –cuando se forman los harenes y se define la densidad poblacional- ya preñadas (tienen 11 meses y medio de gestación), asique en algún lado van a parir. Y, con la gran mayoría de machos merodeando sin su harén, es difícil que esas hembras no queden preñadas para el año que viene. Tal vez esto clarifique por qué una regulación de densidad no es una regulación poblacional.
De Bosteaderos y Revolcaderos: “…las letrinas comunitarias que forman (bosteaderos) funcionan como islas de fertilidad…”
No se entiende esta aseveración. La concentración de material fecal en un sitio es contraproducente, es más efectivo tenerlo esparcido; los bosteaderos resultan en una área inutilizable de 2 a 4 metros cuadrados.
En este contexto, vale también mencionar los revolcaderos que forman los guanacos para darse un baño de arena. Los revolcaderos rompen la capa superior del suelo y forman focos de erosión eólica, provocando voladuras continuas de tierra:
¿Quién desplaza a quién? “Bajo condiciones de forraje limitante, el ganado desplaza a los guanacos”.
Esta aseveración tampoco se entiende: es falsa. La oveja no desplaza al guanaco. El ovejero, con sus perros, sí lo desplaza, pero no la oveja. Al contrario, los ovejeros han observado como los guanacos machos jóvenes entran en grupo, con la cabeza baja, empujan a la oveja fuera de un territorio para pastarlo.
Además, esta foto, tomada en Santa Cruz en 2023, muestra como un grupo de guanacos han “copado” un bebedero:
¿Comunicado de Conicet?
La prensa se ha referido al “duro comunicado de Conicet”. No hay evidencia alguna de que alguien de autoridad en el Conicet lo haya autorizado. La introducción del articulo menciona que “la comunidad científica del Instituto Patagónico para el Estudio de los Ecosistemas Continentales brinda una serie de argumentos”.
El IPEEC, creado en 2015, está basado en Puerto Madryn, Chubut y su área de investigación parece ser limitado a Chubut; por cierto, según su página no tienen ningún proyecto financiado activo en Santa Cruz. Por lo tanto, se cuestiona si esto realmente fue un comunicado de Conicet.
Irresponsabilidad ecológica. “No tiene ningún fundamento pensar que el guanaco representa un riesgo para el ecosistema patagónico”.
Debo confesar mi sorpresa al leer esto, y me preocupa aún más: escribir esto es una irresponsabilidad total desde el punto de vista ecológico.