Las exportaciones de productos lácteos vienen creciendo este año gracias a las medidas que tomó el gobierno. Tanto la devaluación en el arranque de la gestión Milei, como la decisión de que siga vigente la decisión del gobierno anterior de que la cadena no pague derechos de exportación, permitieron que crecieran las ventas al extranjero en un contexto de fuerte caída de la demanda interna.
Un reciente informe del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) indicó que, entre enero y septiembre, las ventas al extranjero crecieron en volumen 11,4%, lo que significó que por ese canal comercial se fuera el 25% de la producción total. En valor el crecimiento fue de sólo 1,5% por la baja de los precios internacionales.
El crecimiento de las exportaciones compensó la caída de las ventas en el mercado doméstico. El consumo se redujo 17% en el primer semestre, aunque comenzó a recuperarse en el arranque del segundo semestre, según dieron cuenta desde el OCLA.
La cuestión es que todo eso es pasado ante las condiciones macroeconómicas en la cadena ven con preocupación el futuro.
El tipo de cambio para las exportaciones, luego de la fuerte devaluación en diciembre 2023, se viene ajustando a un ritmo muchísimo más lento que la inflación (crawling peg del 2% mensual). Esta situación hizo que se perdieran todas las ventajas competitivas del tipo de cambio (devaluación, dólar especial de exportación 80/20, brecha cambiaria mayorista BCRA y Contado con Liquidación y eliminación de derechos de exportación) y volvamos a tener el mismo tipo de cambio efectivo que teníamos antes de todas estas medidas (aquel correspondiente a septiembre de 2023). Por lo tanto, los precios internacionales actuales, competitivos por cierto, generan un poder de compra de leche al productor inferior al precio actual de la misma.
En tal sentido, desde el OCLA, organismo conformado por referentes de la producción y la industria, advirtieron: “Recordamos que se eliminaron los Derechos de Exportación, que deberían reinstalarse los Reintegros eliminados (bajo un criterio de proporcionalidad entre los diferentes productos) y además que sería necesario revisar la evolución de un tipo de cambio especial para los productos lácteos. De lo contrario, es muy probable que los volúmenes exportados puedan sufrir alguna baja, salvo una mejora muy significativa en los precios internacionales”.
También hicieron un mea culpa y reconocieron que hay cosas por mejorar al interior de la cadena.
“Sin lugar a dudas que la cadena debe mejorar la escala, eficiencia y productividad de su sector exportador”, señalaron, pero eso puede llevar mucho tiempo y mientras tanto es necesario atender lo más urgente. Por tal motivo, indicaron que con el retraso cambiario “la exportación sea sólo para liquidar stocks o hacerse de recursos que no se pueden lograr en un mercado interno muy alicaído como mencionamos más arriba”.