La próxima campaña gruesa tendrá una novedad que hacía tiempo no se veía. La intención de siembra de soja crecerá, en detrimento del maíz, que por diversas cuestiones agronómicas, como la irrupción de la chicharrita en territorios extraños, decaerá su siembra y por ende producción.
Como al campo hay que sembrarlo con algo, la soja, que en los últimos años registraba mesetas productivas, se adueñará de los lotes que los productores de maíz no se arriesgarán a implantar.
Desde la Bolsa de Comercio de Rosario, las estimaciones de siembra hablan que a nivel nacional, la soja tendrá un incremento que no se vio en los últimos 7 años, producto de ese miedo al Spiroplasma.
Aun así, la soja no parecería a simple vista ser el reemplazo del maíz, dado que casi todas las calculadoras que procesan los márgenes agrícolas para los sembradores de la oleaginosa, arrojan números muy magros o en terreno negativo.
Los precios internacionales, los costos de producción, los arrendamientos, las expectativas de producción durante este año Niña –donde llueve menos de lo normal-, las retenciones, entre otros elementos, hacen que la opción, si bien arriesgada, representa la escogida por buena parte de los productores argentinos, particularmente en la zona del NOA, NEA y centro.
Este fue insoslayablemente el eje de debate del último Seminario Acsoja celebrado en Rosario, donde toda la cadena productiva del poroto se reúne para evaluar el escenario. Como parte del sector productivo primario, Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina, diagnosticó esta realidad agrícola en ciernes.
En diálogo con Bichos de Campo, Pino aseguró que es una buena noticia que se siembre mucha soja, pero mala si esto es en detrimento del maíz, o por una caída en las intenciones de siembra del cereal.
“Veamos la cosa de manera positiva: Más soja, es que este año haya 50 millones de toneladas, un millón y medio más de hectáreas, y seguramente la cosecha el año que viene, si Dios quiere, va a ser buena y el volumen va a ser bueno. Lo que no es bueno son los valores, los precios. Hoy estamos con el precio más bajo de los últimos 25 años”, declaró el dirigente ruralista.
Acto seguido, Pino aseguró que al encontrar estos márgenes tan ajustados, el productor decida ir hacia lo que en el sector se llama “planteo defensivo”, y siembre soja sin invertir demasiado en tecnología, salvando así las cuentas sin esperar rendimientos superlativos.
“Al no tener mucho margen, o un margen muy finito, se escatima en inversión. Entonces mezquinás fertilizantes, mezquinás herbicidas, en esos costos que uno puede ir manejando, pero seguramente eso se refleja en un menor rinde. Bueno, a eso es a lo que hay que apuntar. Realmente no existe una actividad que resista un 33% de retenciones”, señaló el presidente de SRA.
Mirá la entrevista completa con Nicolás Pino:
Con el panorama oscuro para la soja, pero más aún para el maíz, surge el fenómeno de que el productor sigue apostando por la soja, y la convierte nuevamente en la reina de las praderas y pampas argentinas. Para entenderlo, Pino ayudó a comprender esta realidad: “Para mí es un poco extraño, porque viendo lo que hace Brasil, lo que hace Estados Unidos, cada vez hay más y más soja, y los volúmenes de soja que hay en oferta son realmente grandes. Bueno, quizás también en un país normal, donde los costos no sean tan altos, donde no tengas esas idas y vueltas del gobierno, que te ponen por acá, después por allá, quizás llegó el momento de ver también de producir otro tipo de cosas. Quizás llegó el momento de decir, bueno, muchachos, hagamos más maíz. Pero hay que acomodarse. Pero miremos también lo que pasa afuera, no nos quedemos encerrados con lo que pasa acá”.
Al respecto, el dirigente compartió algunos datos de un informe que elaboró el Departamento de Estudios Económicos de la SRA. En este documento, se detalla que la caída de precio deterioró el margen bruto: “Para un modelo del norte de Buenos Aires, con un rinde 4,2 tn/ha, el margen bruto pasó de ser de unos u$s 602 en septiembre de 2023 a unos u$s 443 actualmente, lo que implica una caída del 26%. Este cálculo no incluye ni gastos de estructura ni costo de la tierra. Hoy los números son negativos en campo arrendado, por más de u$s 250 (Norte de Buenos Aires, con un rinde 3,5 tn/ha). Un flete de 300 km pesa un 11% en lo que vale una tonelada de soja localmente”.
Empero, los especialistas de la entidad aseguraron que la relación soja/urea se incrementó un 37% desde la asunción del nuevo gobierno, lo que implica una mejora en los precios relativos. “La mejora se debe a una caida del precio internacional de los fertilizantes y a la eliminación de los aranceles de importación. Esperamos en breve un impacto positivo por la baja del impuesto País”, aseguraron los especialistas de la SRA.
Otro de los debates álgidos en el sector agropecuario general y de la cadena de la soja en particular, tiene que ver con la decisión de la Unión Europea de no aceptar soja o carne de áreas que no puedan demostrar que no fueron deforestadas.
Sobre este tema que genera controversias tanto tranqueras adentro como por fuera, Pino declaró tajante: “Europa reclama algo que ellos no pueden cumplir y vienen a hacerse los cocoritos con nosotros. Es ridículo. Y roza hasta la falta de respeto que no te dejan ni siquiera basarte en lo que es la Ley argentina con respecto a la deforestación. Entonces, ¿nosotros apoyamos la deforestación ilegal? No, de ninguna manera. Bueno, ellos saquen la palabra deforestación ilegal, y vas a ver que no tenemos ningún problema. Pero, no nos gusta esto. Ellos tienen derecho a pedirlo, nosotros tenemos derecho a hacer lo que querramos y como país ya se ha manifestado Argentina, que no está de acuerdo con esta reglamentación y con esta exigencia. Entiendo que también Europa mismo tiene, la Unión Europea, 20 y pico de países, 14 están en contra. Porque ellos tampoco pueden cumplir lo que exigen”.
Si bien la reglamentación 1115 entrará en vigencia a partir de enero del 2025, la industria aduce que necesita una respuesta urgente porque necesita tener certeza respecto de la molienda que debe comenzar a hacerse en los próximos meses. Además, surgieron en este último tiempo voces encendidas rechazando al VISEC, la plataforma que certifica que esos embarques lleguen con la certificación adecuada, de la que forman parte las asociaciones de productores.
Al respecto, Pino manifestó: “Nosotros entendemos que hay que brindarle a los productores una herramienta lo suficientemente fuerte que le permita al productor que tenga ganas de anotarse, anotarse en esa plataforma VISEC, y a partir de ahí que le siga vendiendo. Seguramente demandando un mayor plata. ¿Me exigís tanto? ¡Garpame! ¿Por qué la Rural se mete en eso? Porque es la responsabilidad nuestra como dirigentes de que el productor tenga esa herramienta. ¿Y por qué te metiste en VISEC? Porque tampoco está bueno que VISEC esté nada más que en la industria. Porque si no es una visión más acotada. Creo que es sano eso. Creemos, estamos convencidos que es sano y por eso nos metemos ahí”.