La producción de cerdos salió de una nueva crisis. Estuvo sumergida durante los primeros siete meses del año en los cuales el precio se derrumbó en términos reales y nominales, y por lo tanto no se cubrieron los costos de producción. Eso no fue gratis: La situación pegó fuerte en el eslabón más débil de la cadena, que son los productores de menor escala.
En agosto se logró un incremento de los precios del porcino de 25% promedio respecto de los que había tan solo dos meses atrás. Hasta la semana pasada el valor del capón era de 1500 pesos por kilo vivo, cuando se había llegado a vender en torno a pisos de los 1.000 pesos.
Esa recomposición de valores vuelve a ubicar los precios al productor en niveles levemente superior a los de diciembre de 2023. Por lo tanto, “devolvió tranquilidad a los productores que se quedaron en el sistema”, según indicó el consultor Juan Uccelli, en su reciente informe sobre la actividad porcina en agosto pasado.
Pero aclaró: “Es importante marcar que muchos productores se fueron del sistema y en los números preliminares la salida fue del 20% por ahora. En los próximos meses tendremos una cifra más exacta, pero el número en si, es terrorífico”.
El que tuvo espaldas la está pasando mejor. La suba del valor de los cerdos y el estancamiento de los granos son las principales causas de la mejora en el margen bruto de la actividad, que ronda el 20%, superando al promedio del período 2002/2023 que es de 17,7%.
Uccelli dijo que “hacer un mercado lógico en un sistema donde muchos pierden la memoria y le vuelven a vender al que lo abandonó en el primer semestre es muy difícil. Insistiremos en la emergencia que el sector está atravesando en el mantenimiento de los pequeños y medianos productores. No hay muchas acciones para realizar, salvo lograr un trabajo asociado para hacer volumen y mejorar la eficiencia. Quienes no lo hagan, lamentablemente seguirán los caminos de los que se fueron hasta el momento”.
Otra de las consecuencias de este tipo de crisis y de la incertidumbre que termina dominando a los productores ante las erráticas condiciones económicas y sectoriales a los largo de los años es la proliferación del comercio informal.
Al respecto, el analista indicó que “volvemos a mencionar que al momento de la suba, se empiezan a separar los valores del cerdo en pie promedio y el máximo ponderado. Esto se debe a un aumento de la subfacturación del sector. Pensar que alguien factura 0,91 dólares (881 pesos) el kilo es una tomada de pelo para toda la producción y en especial para la AFIP”.
También la electricidad incrementó los gastos de producción
El día que no existan retenciones a la soya y maiz, sumale la suba de alimento a niveles Chicago con la misma tasa de conversion, y ahi vas a ver el verdadero panorama del negocio porcino en Argentina.