Hace aproximadamente 10 años que en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) llevan a cabo un estudio para medir el impacto ambiental que tiene la tan debatida aplicación de agroquímicos sobre los cultivos, en especial ante el peligro de derivas. La institución, basándose en los pronósticos climáticos y la descripción de cada uno de los insumos, recientemente lanzó la plataforma Proripest, que es capaz de medir el riesgo ambiental para poder frenar o avanzar con las pulverizaciones.
Según sus desarrolladores, el productor es muy útil a la hora de gestionar este espinoso tema en los establecimientos agrícolas, pues permite además elegir un insumo efectivo y que a la vez tenga un buen costo. En esta ecuación usualmente no entra la forma de medir el impacto ambiental de las aplicaciones, y este es el vacío que intenta llenar Proripest.
“Con esta herramienta el productor podría elegir un conjunto de fitosanitarios que sea agronómicamente eficiente, que controle la enfermedad, la plaga o la maleza y que sea lo más rentable posible. Pero también permite al que quiera ver su perfil de impacto ambiental. Entonces a partir de ahí, puede ser que un productor quiera pagar un 20% más un fitosanitario de mejor impacto ambiental”, dijo a Bichos de Campo Diego Omar Ferraro coordinador general del proyecto.
La particularidad de esta herramienta es que proviene del trabajo de un equipo publico-privado donde además del la FAUBA, intervienen investigadores del Conicet y técnicos de la empresa Red Surcos, que es la encargada de genera el vínculo entre los creadores y los destinatarios de esta aplicación.
“Muchas veces pasa que la academia genera herramientas, pero al no tener una vinculación real con el ecosistema agrícola que toma la decisión, terminan siendo herramientas que no se adoptan o no están en consonancias con las necesidades. Lo virtuoso de la esta asociación publico-privado es que funciona como un canal de transferencia que genera nuevos ejes de investigación que no provienen de las fuentes tradicionales de financiamiento estatal de las ciencias”, explicó el investigador.
Actualmente la plataforma cuenta con unos 1500 usuarios. Muchos se registraron cuando se llamaba Ripest y se limitaba a medir el peligro ambiental de las aplicaciones, tomando como referencia la composición y las dosis de fitosanitarios empleada. Ahora, sus creadores dieron un salto cualitativo e incluyeron en la medición elementos como el clima, el suelo y el manejo.
“Proripest, es una versión mejorada que contiene no solamente el producto y la dosis que se aplica en una lote durante la campaña, sino que se tiene en cuenta las condiciones meteorológicas del día en que aplican, el sitio, es decir todo lo que tiene que ver con el suelo y el tipo de aplicación, ya sea aérea o terrestre”, detalló Ferraro.
Además dijo que el cambio de nombre responde a un elemento especial. “Ahora nosotros usamos pronósticos climáticos, lo que permite calcular el riesgo no solo para el día en curso, sino para una ventana de tres días. En este caso Proripest funciona como la aplicación del pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y ofrece información válida para tres días sobre el riesgo de aplicación para mamíferos, peces e incestos de los fitosanitarios que utilizan en el lote”, amplió.
Por otra parte, la plataforma posee un módulo que funciona como una base de datos a la cual el productor puede ingresar un historial de manejo y de esta forma conocer los riesgo a los que está expuesto. “Al día de hoy uno puede evaluar productos ingresándolo manualmente a la aplicación. Por eso estamos trabajado para además de tener una pagina web, contar con la posibilidad de importar grandes bases de datos que tienen los productores, luego exportar los resultados y logra un manejo de grandes volúmenes de datos y ese es nuestro plan para el período 2024/25”.
En este sentido, los desarrolladores mejoran la herramienta, para que al productor le resulte sencillo su uso. en este caso tienen en cuenta que la información que solicite la aplicación sea exactamente la misma que generan a la hora de registrar los insumos. “No pedimos muchos cambios a la información para usar la herramienta. Sino que el productor pueda volcar su planilla de cálculo, con la que lleva la contabilidad de lo que usa. Entonces nosotros lo que queremos lograr es que Proripest sea capaz de leer esa información y que la analice en términos ambientales”, precisó.