Los datos de los envíos a faena de mayo que publica el Senasa dan cuenta de que no arrancó todavía el proceso de retención de vientres que permitiría recuperar la cantidadd e vacas que se enviaron por necesidad y no por convicción a los frigoríficos durante la seca del año pasado.
Hasta hoy los envíos a las plantas faenadoras sumaron 1,08 millón de animales, prácticamente el mismo volumen que el mes pasado.
De ese total, el 50% fueron hembras pero se destaca el crecimiento en la faena de vacas que alcanzo a 292.000 animales, un 15% más que el mes pasado.
Sumando el aporte de las vaquillonas las hembras significaron la mitad de la faena, lo que significa un incremento de 3 puntos porcentuales con respecto al promedio del primer cuatrimestre, que fue de 47%.
El crecimiento en la oferta de esta categoría fue compensada por bajas en vaquillonas y novillitos, que en el mercado esperan que aparezcan a partir de junio, cuando comenzaría a terminar el primer ciclo de engorde en los feedlots. Entre ambas categorías hubo una baja respecto de abril de 9%.
El incremento en la oferta de vacas tiene que ver con el proceso estacional de salida de los campos de los vientres que no quedaron preñados durante la primavera-y verano pasados. En aquel momento se comenzaba a cortar la seca, pero “en el campo no llueve pasto”, como reza el dicho. Hay que esperar.
Cuando llegaron las precipitaciones las vacas estaban en muy mal estado físico como para dar un ternero y eso lo están reflejando los tactos que se hacen en los campos de cría, lo que lleva a que los productores se desprendan de vientres a los que les dieron una ultima oportunidad el año pasado.
A pesar de esto, los precios no son malos. Las vaquillonas con garantía de preñez se venden entre 700.000 y 900.000 pesos, como precios corrientes. En dólares son buenos valores históricos y guardan relación con el ternero, ya que con dos terneros se puede comprar un vaquillonas preñada o con cría al pie, por lo que el vientre termina quedan casi a mitad de precio. Además hay que tener en cuenta que el año pasado cuando la seca pegaba tan duro su valor era de 200.000 pesos.