Con su primer decreto de necesidad y urgencia, el presidente Javier Milei desreguló la actividad yerbatera quitándole al INYM (Instituto Nacional de la Yerba Mate) la facultad de fijar precios mínimos cada seis meses. La provincia de Misiones se opuso y apeló esa medida en la justicia. La Nación, sin embargo, no designó a nadie al frente del INYM, y está logrando de facto que no haya precios de referencia.
Luego, el gobierno de Javier Milei decidió que una de las medidas más eficaces para enfrentar la inflación era permitir e incluso subsidiar las importaciones de alimentos, entre ellos la yerba mate, que comenzó a ingresar en gran cantidad de Paraguay y Brasil. Misiones se opuso y logró que la justicia en las últimas horas ordenara un freno a esos negocios.
Así transcurre la historia reciente yerbatera en los últimos meses de gobierno libertario. La Nación dispone y Misiones se opone, en su carácter de principal provincia yerbatera.
La justicia misionera prohibió la importación de yerba mate molida de Brasil y Paraguay
Pero la infusión más popular se produce también en una segunda provincia, Corrientes, que en general tiene posiciones bastante diferentes.
Claudio Anselmo, el ministro de la Producción de Corrientes, proviene del sector yerbatero y sabe bastante del asunto. Con él habló Bichos de Campo para conocer los matices en las posiciones de las provincias. “Nosotros tenemos cerca de 600 productores que trabajan en yerba mate, desde los más pequeños hasta los más grandes de la actividad, empresas integradas, tanto cooperativas como privadas, y tenemos liderazgo en la comercialización. Terminamos el último año con más de 100 mil toneladas de yerba mate elaborada, así que tenemos un papel relevante en yerba mate”, se presenta Anselmo, dando a entender que la posición correntina también debe ser tenida en cuenta.
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¿Y qué piensa Corrientes? “Nosotros consideramos que el INYM tiene que continuar. Para nosotros el DNU le hizo algunos aportes importantes y mejoras a la ley del INYM. Fundamentalmente nosotros históricamente no compartíamos las regulaciones tan extremas que llevó el INYM, no sólo en el tema precios, que es una potestad puesta en la ley, sino el ponerle limitaciones a la producción”, señaló el funcionario.
Anselmo, que trabajó en Establecimiento Las Marías de Virasoro, había sido particularmente crítico con “la limitación de plantaciones” impuestas por la mayoría misionera en el INYM. Explicó al respecto que “consideramos que lo que estaba haciendo era ahogarnos como sector, y creemos que tenía una mirada equivocada”.
En definitiva, Corrientes se mostró a favor de que el Instituto regulador no tenga funciones tan extremas sobre el mercado, aunque sí considera que debe seguir existiendo y recriminó a la Secretaría de Bioeconomía, de la cual depende, que no haya designado a un nuevo presidente en seis meses que lleva el gobierno de Milei.
Para Anselmo, en medio de las posturas extremas en puja, lo que debería existir es un INYM como Organismo de Promoción que reúna toda la cadena y discuta los temas comunes, pero que no fije los precios cada seis meses, y mucho menos determine limites a la implantación de yerbales. “No estamos de acuerdo, que intervenga en la economía. Nosotros consideramos que el Estado tiene que ayudar a la economía, asistiendo crediticiamente, dando oportunidades, promocionando inversiones, pero no diciéndole al sector privado lo que tiene que hacer o dejar de hacer”, aseveró el ministro.
“Cada actor del sector privado sabe mejor que nadie qué es lo que puede hacer en su economía. Y además hay que acostumbrarse, en yerba y en muchas otras actividades, a competir, es necesario”, enfatizó.
Respecto de las quejas misioneras por el crecimiento de las importaciones de yerba mate, Anselmo recordó que “la Argentina en los últimos años tuvo, por distintos motivos, fundamentalmente la sequía, menor producción, y pudimos abastecer el mercado y nuestro mercado de exportación gracias a la importación de materia prima de Paraguay o de Brasil. No fue tan grave la situación”.
“Las importaciones disminuyeron, y ahora han crecido, pero tampoco son significativas en relación a lo que es el abastecimiento del mercado interno”, indicó.
-¿De cuántos son?
-Estamos hablando que están entrando menos de dos millones de kilos de molida por mes, cuando la molienda está en el orden de los 25 millones de kilos por mes. Es menos del 10%. Pero seguramente entran porque a alguien le conviene, puede ser económicamente o porque tiene proveedores que le aseguran la calidad o la entrega en tiempo y forma. Por supuesto que preferiríamos que toda la producción fuera local, pero hay que estar acostumbrados a este tipo de cosas. También Brasil y Paraguay han desarrollado su economía.
-¿Entonces no les preocupa esa importación?
-Lo que sí nos preocupa más es que Brasil o Paraguay hoy estén compitiendo en los mercados que ganó Argentina. Hoy están compitiendo en Siria, están compitiendo en Europa, hace tiempo que nos sacaron Uruguay. Pero eso es la base de cualquier actividad, tener competencia y ser más eficiente. Los mercados, en todo caso, los perdemos nosotros y los ganan ellos, han crecido al mejorado en producción. En cambio nosotros con nuestros vaivenes económicos y las regulaciones. Hay momentos en que la Argentina prefería solamente abastecer el mercado interno y no exportó. Si nos encerramos en nuestra pequeña economía, generalmente las economías que se encierran terminan siendo más débiles. Entonces nosotros creemos que hay que estar preparados para enfrentar cualquier tipo de competencia. Y por supuesto cuidar nuestro mercado, hacer mejor producto, ser eficientes, tener rentabilidad y ganar cada vez más mercados internacionales.
-¿Y esta mayor competencia no implica un acta de función para los pequeños colonos misioneros?
-Yo entiendo que no, porque esos productores son muy eficientes en general, porque manejan chacras en pequeña escala, pero no siempre la pequeña escala está ligada a baja productividad. Hay un problema en Misiones, también lo tenemos en alguna medida en Corrientes, que de las 200.000 hectáreas que se cultivan con yerba mate, la mitad o más son yerbales que tienen 60 o más años de edad. Muchos de los casos que ya no son económicamente sustentables, ni productivos. Hay que apuntalarlos para reconvertir. El INTA tiene tecnología, ha desarrollado materiales genéticos. El INYM ha hecho todo un planteo de manejo. se puede incrementar la productividad e integrarse a través de cooperativas o de empresas. Yo creo que la economía yerbatera sigue siendo una economía sana. Si uno mira hoy los números entre los costos y los niveles productivos, es eficiente. Y el papel del Estado es apoyarla, y sobre todo no castigarla a través de tasas e impuestos.
-Ahora, el Estado Nacional se olvidó del tema. Nombraron a alguien el INIM, lo sacaron, no se sabe quién conduce.
-Yo creo que se le ha transformado en un problema porque, en alguna medida, tampoco el sector logró tener una voz única y acordada de qué reclamarle a la Secretaría de Bioeconomía. Y entonces estamos en esta situación. No es lo mejor que desde hace seis meses no tenga un responsable nacional como presidente del INYM. Esperamos que se resuelva rápido. Se lo hemos pedido en reiteradas oportunidades, porque el INYM tiene que seguir. Tiene funciones que seguir manteniendo, estadísticas, información que permitió transparentar la cadena, trazabilidad, corresponsabilidad gremial. Tiene muchas cosas que aportar, sobre todo en promoción del consumo y de las exportaciones.