El Foro de Periodismo Argentino (Fopea) cuenta desde hace muchos años con un monitoreo de la libertad de expresión, que investiga y lleva registro de los ataques a la prensa y otros inconvenientes que enfrenta el oficio periodístico profesional, entre ellos las dificultades de acceso a la información pública que circula por los diferentes organismos.
En ese monitoreo, que todos los años alimenta las bases internacionales de ataques a la libertad de prensa, ahora figurará la Secretaría de Agricultura de la Argentina, por un caso tan extraño como preocupante: su titular, el ex decano Fernando Vilella, decidió despedir a dos abogadas con largos años de trayectoria acusándolas de filtrar información a un periodista de este medio, Bichos de Campo. El problema es que ese periodista, Matías Longoni, declaró que no conocía a esas empleadas injustamente acusadas.
El Monitoreo de Fopea tomó el caso para investigarlo y habló con todos los sectores involucrados. Y sacó sus propias conclusiones, decidiendo clasificar el episodio -que todavía no ha sido subsanado por las autoridades- como “un antecedente preocupante para el acceso a la información pública”.
“Después de una nota publicada por Matías Longoni en Bichos del Campo, dos abogadas de la Secretaría de Agricultura fueron despedidas. El argumento oficial fue que habían descargado un documento sin autorización. Pero, según ellas, en la reunión en la que les comunicaron el despido, las acusaron de haber “filtrado” ese documento al periodismo, concretamente a Longoni”, dice el informe del colectivo de periodistas profesionales.
Los monitores de Fopea se comunicaron con todos los actores involucrados:
- Longoni dijo no conocer a las letradas y que, al enterarse de lo sucedido, habló con las autoridades de la Secretaría para que revean la decisión y decirles que la información le había llegado por otra vía.
- A su vez, el director de Comunicación del área, Patricio Naveira, dijo que el despido fue por descargar el documento sin autorización y no por haberlo compartido con el periodista. Agregó que existe una auditoría interna que así lo constata y ofreció a FOPEA verla.
- Por su parte, una de las abogadas sostuvo que ella y su compañera tenían autorización para acceder al documento en cuestión y que verbalmente les dijeron que la cesantía había sido por pasar la información al periodismo. También ratificó que hasta entonces ninguna de ellas conocía a Longoni.
Por eso la conclusión del Monitoreo de Libertad de Expresión concluyó que “si bien no estuvo afectado el acceso a la información en este caso puntual, porque el periodista había conseguido la información por otra vía, Fopea registra este hecho como un antecedente preocupante para el acceso a la información pública, ya que puede convertirse en una advertencia a los funcionarios y empleados de la Secretaría de Agricultura para que no hablen a futuro con la prensa”.