Los envíos a ganado vacuno a faena en febrero sumaron 1 millón de cabezas, según los datos que publicó el Senasa.
En el mismo mes del año pasado, esas remisiones sumaron 1,05 millones de cabezas lo que significa una reducción de 5%, la mitad de lo que cayeron en enero pasado. Esta situación da cuenta de una moderación en el achique de las ventas de los ganaderos a los frigoríficos.
Para este año los operadores del negocio y analistas ganaderos venían alertaron sobre una caída del disponibilidad de hacienda para abastecer al mercado interno y externo, debido al impacto que causó la seca en los rodeos de cría y en el sistema de recría.
En el primer caso, el impacto no sería tan importante como se esperaba. Inicialmente hubo proyecciones de una baja de hasta 1,5 millón de animales, pero luego esas proyecciones se fueron achicando y actualmente se presupone que la caída sería de entre 500 y 800 mil cabezas. En esto tienen mucha responsabilidad (en sentido positivo) los criadores, que en los últimos años sumaron más tecnología y manejo a sus rodeos y los hicieron más productivos.
Esa baja en la oferta de terneros además sería respecto de una producción alta de terneros, de más de 15 millones, por lo que la baja en la oferta no será tan significativa en función del impacto posible en la futura oferta de ganado para la faena.
La moderación en la faena vacuna a la que referimos se combina con un crecimiento de las exportaciones respecto del volumen del año pasado, pero a su vez con una debilidad de la demanda interna que si bien consume todo lo que se ofrece tienen sus restricciones en cuanto a la capacidad de pago.
A eso se agregan los incrementos de los costos de la comercialización minorista y del funcionamiento de los frigoríficos en combustibles, energías y salarios.
La moderación en la reducción de hacienda y esas subas de costos limitan la recomposición de los precios de la hacienda.
En diciembre el precio promedio del novillito fue de 1.405 pesos por kilo vivo en el Mercado Agroganadero de Cañuelas. En febrero ese valor fue de 1.690 pesos. La mejora llegó a 20%, lo que da cuenta de un notable atraso en el precio si se tiene en cuenta que la inflación de diciembre fue de 25%, la de enero de 20% y la de febrero reportaría un incremento similar.
Eso significa que el precio del novillo debería ser hoy teóricamente de 2.500 pesos, 50% mayor al promedio que dejó febrero.
Sin contar la inflación de diciembre, el precio promedio debería andar en los 2.000 pesos, 18% por encima del valor de febrero.
En definitiva, los precios de la hacienda están altos en términos históricos y en dólares oficiales y reales, pero a su vez el valor que le ingresa al productor comienza atrasarse nuevamente respecto de la inflación.