En una zona rural conocida como El Milagro, muy cerca del límite entre las provincias de Jujuy y Salta, se está cosechando en esta época del año un producto muy tradicional pero poco publicitado en el país. Se trata del higo, una fruta que inunda la zona entre los meses de diciembre y marzo, y que se vende tanto en el mercado interno como en el exterior.
Hablamos de un negocio de “nicho”, ya que si bien allí se encuentra una de las plantaciones más grandes de Argentina –si no la más grande todas-, ella ocupa apenas 20 hectáreas de higueras. Con lo que producen alcanza para abastecer la demanda local, que por ahora es muy limitada. Y para realizar envíos de la fruta de mejor calidad a destinos raros que sí la demandas, como los países árabes.
La plantación forma parte de la finca Don Armando, ubicada cerca de la intersección de las rutas 34 y 66, en el sur jujeño, cerca de la ciudad de Perico. Allí Franco y Enzo Fachini administran esa producción desde el año 2000, junto a otras que la familia ha venido incorporando para trata de diversificar desde la producción de tabaco tan habitual en esta zona de la provincia norteña.
Con los años Jujuy ha demostrado tener el clima apto para la actividad frutícola, pensando especialmente en algunas frutas inusuales, por su amplitud térmica y baja humedad, lo que favorece que el higo llegue al consumidor en óptimas condiciones.
“Para el higo es muy importante evitar las condiciones de humedad excesiva. Una vez que llueve se complica porque el otro día tenemos que entrar para cosechar para el descarte. Tiene muy poca vida post cosecha, la que respetando la cadena de frío puede llegar a los diez días. En una fruta en la que no se respeta (la cadena de frío) por ahí son horas”, explicó Franco Fachini a Bichos de Campo.
Esta situación supone todo un desafío para la logística, sobre todo teniendo en cuenta que la fruta se coloca en mercados internacionales del sudeste asiático, de Europa e incluso en Canadá. Es por eso que los productores trabajan con un empaque ubicado en la propia finca, donde acondicionan la cosecha de higos ni bien llega desde el campo, unos metros más allá. También se la refrigera de inmediato para evitar su deshidratación.
“Es un desarrollo y un sacrificio logístico muy grande. Por supuesto que, dependiendo del mercado, las condiciones de cosecha son diferentes. Una fruta exportada tiene menos madurez (se cosecha más verde) para que sea más tolerante a las condiciones. Todo va por vía aérea”, indicó Fachini.
Aquella fruta que no llega a cumplir con las condiciones necesarias es descartada de los envíos en fresco. Pero tiene, por suerte para estos productores, otro posible destino económico: el del procesamiento para el mercado interno.
“Hay un mercado de nicho muy chico de clientes que hacen mermeladas o fruta en almíbar. Es un mercado chiquitito pero para los volúmenes que nosotros manejamos está esa demanda”, celebró el productor.
Pero aún concentrando la mayor parte del negocio, los jujeños reconocen que esta fruta ya no goza de la popularidad que alguna vez supo tener entre los consumidores argentinos, lo que supone una demanda interna acotada.
“Yo creo que en las generaciones jóvenes muy pocos la conocen a la fruta. Es más bien la gente de unos 40 años para arriba la que la consume. Quizás tienen algún recuerdo o nostalgia de haberlo visto en el patio de la casa y lo consume por eso. Viendo que año a año la población crece, nos llama la atención que la demanda no crezca a la par”, señalo Fachini.
-¿Y qué sucede a nivel global? ¿Es un buen negocio el nicho la producción de higos?- le preguntamos.
-Yo creo que sí, porque se está plantando muchísimo (en otros países). Está creciendo mucho en volumen en Perú y México, y nos está pasando más o menos lo mismo que le pasó y le pasa al arándano.
-Con el arándano empezamos a crecer nosotros y de golpe aparecieron otros competidores mucho más competitivos, que nos van desplazando del mercado internacional.
-Exacto. Mucho más competitivos, con acceso a tecnología innovadora a muy bajo precio, a oferta de servicios logísticos mayores y por ende menores costos, y que llegan a precios competitivos con los clientes a los cuales nosotros no podemos acceder. Y aquí hay que sumar al dólar oficial, que hace que el mercado no sea rentable. Por ejemplo, el año pasado nosotros exportamos muchísimo menos fruta, como producto de esto (el visible atraso cambiario).
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-Es decir que muchas veces no se llega a cubrir los costos, aunque te pagaran en dólares.
-Tal cual.
-¿Es fácil conseguir mano de obra o también tienen dificultades?
-Es bastante difícil el tema de la mano de obra. Es una cuestión del día a día. Es muy difícil contar de alguna forma con empleados fidelizados, que es lo que por ahí le pasaba a nuestros abuelos, que tenían un empleado que estaba años y años en la firma. Hoy en día no. Así que está difícil conseguir mano de obra.