Existe en el mundo una técnica incipiente y con gran potencial que consiste en la producción intensiva de peces y verduras bajo hidroponia. Con la misma agua que se recircula entre las piletas con los animales y los piletones con las verduras, dispuestas en balsas flotantes. Un sistema 360 grados. Con la principal ventaja de utilizar los desechos de los peces para fertilizar los vegetales, sin necesidad de agregar fertilizante de síntesis química.
Juan Pablo Pesalaccia es el único emprendedor que produce de esta forma en la Argentina y quiere que se difunda esta técnica, que es tendencia a nivel mundial. Tanto que en Nueva York se está imponiendo dentro de fábricas abandonadas y cada lechuga acuapónica -orgánica- cuesta 3,4 dólares.
Según sus registros, hay nada más que 23 empresas que lo hacen en el mundo y solo dos en Sudamérica. Una es la de Juan Pablo, que desde Marcos Paz, Buenos Aires; creo Aqüidar, un centro educativo, productivo y sustentable.
Este productor conoce la acuicultura desde hace 25 años, ya que antes trabajaba produciendo peces en la Patagonia. Pero desde hace 4 años que hace acuaponia a una hora de la Ciudad de Buenos Aires. Vende las verduras y los pescados fileteados a comercios en la ciudad de Marcos Paz, y remarca que esta técnica puede realizarse a baja escala y fomentar el desarrollo local en cualquier sitio de la Argentina.
La especie que cultiva es la tilapia, el pez de criadero que mejor convierte la comida en carne en el mundo, aunque en el país no está tan difundido como en otras regiones del planeta. La técnica también puede aplicarse en truchas.
En cuanto a los vegetales, se dedica a varios tipos de lechuga y albahaca, por una cuestión de demanda, aunque podría lograrse cualquier tipo de hortaliza con esta técnica. “Vamos probando con todo, para las especies con frutos necesitas otro tipo de sistema de anclaje, pero todo es posible”, contó a Bichos de Campo.
Aquí la entrevista radial completa con Juan Pablo Pesalaccia :
Pero no todo es color de rosa, y si bien Juan Pablo produce con la técnica más sustentable que existe y no ingresa una gota más de agua desde hace cuatro años en su sistema, sí depende mucho de la energía eléctrica para todo el sistema de recirculación. Las altas tarifas lo ponen en jaque.
Además, todavía la provincia de Buenos Aires, como otras tantas, no adhirió la Ley 27.231, aprobada sobre el final del gobierno de Cristina Kirchner y reglamentada a principios de este nuevo. Es la ley que define un marco jurídico para el desarrollo de la acuicultura. Entre otras cosas apunta a poder implementar un subsidio de la energía para los productores acuícolas, además de otras cosas como el acceso a los insumos específicos de la actividad.
“Argentina es un país muy particular, y no brinda las condiciones para invertir en proyectos como estos, a largo plazo. Yo hace muchos años que estoy en esto, pero un nuevo participante no puede probar y errarle porque no se levanta más. Desde hace 25 años que escucho que van a empujar a la acuicultura y no termina pasando nada”, destacó Pesalaccia.
“Pero, bueno, sigo esperando que alguien atrás de un escritorio vea el potencial. Yo por lo pronto no puedo dedicarme a otra cosa que producir y hacer lo que me gusta con sangre, sudor y lagrimas”, señaló. “Recordemos que la FAO dijo que es la actividad con mayor potencial de acá al 2030”, finalizó.
estoy muy interesado en la acuicultura y en la hidroponia me podria enviar direccion para poder concurrir y poder asi adquirir los conocimientos necesarios para implementarlos,desde ya muchas gracias por la informacion,saludos