Violencia es mentir, diría Patricio Rey. Pero en campaña electoral todo vale, contestaría Jaime Durán Barba. Sergio Massa, en su doble rol de ministro de Economía y candidato presidencial, no se detiene en estos dilemas y en una conferencia de prensa este jueves insistió que había decidido “eliminar” las retenciones a las economías regionales.
Esto es mentira. Porque hay economías regionales que siguen tributando retenciones (como el girasol, o el algodón), y porque además al lado de Massa, el secretario de Agricultura -tal como adelantó Bichos de Campo hace varias horas-, recitó una serie de productos de las economías regionales que, por no tener valor agregado, seguirán tributando este derecho de exportación. Más bajo, eso sí, pero seguirán pagando.
Por lo cual “eliminación”, las ganas. Pero vaya uno a explicárselo a Massa, que hace cualquier cosa para hacer campaña. De hecho, en la conferencia de prensa volvió a anunciar algo que ya había anunciado en julio pasado en la Rural, y que anunció por segunda vez hace quince días en las redes sociales.
Massa sabe que está mintiendo al hablar de “eliminación”, pero ahora se las rebusca de manera ingeniosa y habla de que han “eliminado las retenciones a las economías regionales… con valor agregado”. La pausa es obligatoria, genera suspenso.
“Hemos decidido llevar a cero las retenciones de todas las economías regionales con valor agregado, es decir, con procesos de industrialización sobre la producción primaria, de manera tal de mejorar la competitividad de todas las economías regionales argentinas”, resumirá después el comunicado de Economía.
En realidad, más allá de la cuestión semántica, en la conferencia de prensa que brindaron Massa y Bahillo (que tampoco fue conferencia de prensa porque no se aceptaron preguntas), no hubo nada novedoso, salvo el detalle de que la generosa reducción de alícuotas para varias economías regionales alcanzó a 371 posiciones arancelarias vinculadas a citricultura, pesca y acuicultura, arroz, vitivinicultura, maní, tabaco y forestoindustria, además de la papa industrializada que se coló a último tiempo. McCain agradecida.
En todo caso, el dato nuevo es que este gesto oficial “representa un alivio de más de 182 millones de dólares al año para las y los productores”, según dijo Bahillo.
El dato podrá ser cierto, pero encierra otra mentira, porque no son los productores los que tributan ese impuesto sino las empresas exportadoras (por ejemplo, en el caso del vino son las bodegas y no los viñateros), que muy pocas veces trasladan el mejor precio que comenzarán a recibir ahora a los productores primarios. Sobre todo en las economías regionales, donde los compradores imponen el precio y no hay mercados de referencia.
La persistencia de retenciones a las materias primas en el caso del tabaco, el maní, el arroz y la madera constituye, por el contrario, una manera de reducir el precio pagado a los productores en los porcentajes de retenciones, representando una suerte de subsidio a la industria transformadora. Algo así es lo que sucede con la soja (y sus derivados, el aceite y la harina) desde hace décadas.
Salvo en el caso de la oleaginosa, históricamente el Estado Nacional premiaba el agregado de valor en las exportaciones con mayores reintegros a la exportación, y no con un descuento a la materia prima, como el que queda vigente en esos rubros. ¿Queda vigente? Y sí, porque finalmente no se eliminaron las retenciones. Era mentira.
Hecha esta nueva aclaración, quedémonos con la novedad de que el Fisco resignará 182 millones de dólares de recaudación fiscal por esta reducción de los derechos de exportación a algunas economías regionales. Le quedan por recaudar otros 9.500 millones de dólares de retenciones aplicadas a la soja, la carne, el trigo, el maíz, los lácteos y algunos productos más de las economías regionales.
“No es con recetas mágicas, no es con soluciones declamativas, sino haciendo más competitivas nuestra exportación, defendiendo el valor de nuestro empleo y acumulando reservas como la Argentina va a salir adelante y ese es el camino”, sostuvo Massa.
Tampoco se sale del pozo con mentiras y manipulando las cosas.
El algodón continúa con la retención del 5% a la exportación . Como si para exportar no tendría ningún paso por la industria.1) el capullo recolectado no es exportable , casi imposible qué lo compren en esa condición. 2) para exportar hay que separar la fibra de la semilla y de las demás impurezas 3) después de ese proceso qué se llama DESMOTADO ( ósea pasa por una INDUSTRIA qué está localizada generalmente cerca de la recolección, llamada DESMOTADORA ) es enfardado . 4) recién en ese estado compran desde el exterior para llevar en container.
Desconocer qué el desmote necesario es un paso industrial , es no querer reconocer el arduo trabajo e inversión de los desmontadores .
Por favor re véanlo, señores gobernantes y reparen una injusticia. La fibra de algodón que se exporta en todo el planeta pasa por un proceso industrial . En Argentina también, además de ser una economía regional de varias provincias
Se debe tomar como tal dado el esfuerzo de muchos productores y no duden qué el 5 % irá a cada uno de ellos.
Por favor deben sacar la retención del 5% qué desde hace muchos años castiga al algodón argentino
Gracias por su lectura y atención, ojalá llegue a los gobernantes, tan ocupados con sus candidaturas