La faena y la producción de carne vacuna siguen en niveles muy altos y podrían incluso superar los muy buenos registros del año pasado.
Según datos del Senasa para julio pasado, los ganaderos enviaron a la faena 1.290.817 bovinos, lo que significó un incremento de solo 1,5% respecto de junio, pero incremento al fin desde niveles bastante altos. Con relación a julio del año pasado, el aumento en la oferta ganadera fue de 14%.
En tanto en los primeros 7 meses del año, la faena nacional sumó 8.612.203 animales, lo que significa un incremento interanual de 12%.
En este escenario está claro que no es el faltante de ganado el que explica el salto de los precios que comenzaron el viernes y este marte se volvieron a sentir en el Mercado Agroganadero de Cañuelas. Oferta de carne hay de sobra.
Tampoco explica los aumentos (que ya se trasladaron a carnicerías con retoques de hasta 25% en los valores del producto final), el mejor poder de pago del consumo. Muy probablemente, aunque nadie lo quiere decir a viva voz, la suba tenga que ver con la necesidad de revalorizar las existencias y tener la excusa para trasladar la suba al consumidor de parte de los operadores, que son cada vez más, que tienen integrado el negocio del engorde al comercio de carne.
De confirmarse la tendencia, y aún si en los meses que vienen se moderasen las ventas y la composición de las mismas incluyera menos vacas y novillos y más hacienda liviana, este año la faena igual crecería y lo haría en torno al 5%/7% con respecto a las casi 14 millones de cabezas registradas el año pasado, lo que significaría un leve incremento en la producción.
Esta situación pone en evidencia la falta de sentido que tienen los actuales acuerdos de precios a través de supermercados, donde usualmente no compra carne la gente de bajos recursos. También el sinsentido de las limitaciones a las exportaciones que impuso el gobierno desde 2021. La cadena faena y produce cantidad suficiente para mantener a ambas demandas bien atendidas.
Se espera que en el último trimestre haya una moderación en la oferta. Ya no quedarán vacas y los feedlots tenderán a vaciarse. En esas condiciones la hacienda podría volver a afirmarse y recortar nuevamente la distancia con los precios.
Mientras tanto, en los que respecto a los datos de los primeros 7 meses del año dan cuenta del impacto de la seca en la cría ya que fue realmente alta la oferta de hembras.
Si bien en julio se registra una baja del 6% en la categoría de vacas debido a que los campos de cría ya hicieron la mayor parte de la limpieza de los vientres improductivos, eso se compensa por la mayor oferta de vaquillonas y terneras que aumentan 3% y 15% respectivamente. Así las hembras repiten el participación de junio: 48,8% del total.