Como muchos sectores de base de buena parte del ámbito productivo, Confederaciones Rurales Argentinas salió a rechazar las medidas oficializadas durante el día de ayer, cuando entró en vigencia una actualización del Programa de Incremento Exportador, en este caso incluyendo un tipo de cambio especial de 340 pesos por cada dólar exportado de maíz.
La entidad presidida por Jorge Chemes fue tajante: “Basta de reiterar medidas que ya fracasaron, ¿Cuánto más hay que hacer para que se vea el fracaso de la economía actual? Dejemos de prometer un futuro, tan luminoso como incierto y modifiquemos este presente agobiante”.
Durante el primer día de la nueva disposición, se manifestaron en contra productores porcinos, bovinos, aviares, feedloteros, la Bolsa de Comercio de Rosario, y agrupaciones como CARSFE en Santa Fe y CARBAP en Buenos Aires.
“Las medidas tomadas por el Gobierno Nacional, en relación a los múltiples tipos de cambio y la arbitrariedad manifiesta de otorgarle a unos los que se niega a otros, no pueden menos que ser ampliamente rechazadas por los productores adheridos a CRA, por constituir un paso más, en el sentido equivocado en que se desarrolla la economía en su conjunto”, dijeron desde CRA, una de las cuatro entidades que conforman la Mesa de Enlace.
Como su par Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina, que se suma a la lista del rechazo a la medida oficial, desde CRA describen: “Ya se probó con medidas similares, y los resultados prácticos para el productor y la economía agropecuaria en su conjunto, fueron pésimos. Debería excluirse del análisis de las mismas las ventas hechas por los productores, porque ellas son el resultado de la desesperación y el quebranto, que ante una mínima mejora en el tipo de cambio, debe aprovechar la circunstancia, sabiendo que es solo oportunismo y corto plazo, y que de esta forma se parcha lo que se por otro lado se va rompiendo, pero que así el destino es seguir languideciendo”.
Asimismo, los ruralistas afirmaron en un comunicado de prensa: “Mover tipos de cambio artificialmente, discriminando por mera voluntad de un ministro, sin importar las distorsiones que se producen en todo el resto del sector, es la palpable demostración del desconocimiento que se tiene sobre lo que el campo y la economía necesita para crecer en forma sostenida, tal como lo hacen nuestros vecinos”.