Hace unos días publicamos un escenario de la campaña arrocera en Corrientes, la principal provincia productora, donde la sequía está provocando estragos que achicarán fuerte la cosecha 2022/23. En Entre Ríos, segunda provincia en importancia, las cosas no marchan mucho mejor: El cultivo recibió lluvias cuando no las necesitaba y ahora que las requiere para el desarrollo de las plantas están faltando y de forma marcada.
En agosto y septiembre hubo precipitaciones por demás, que obligaron a atrasar las siembras de arroz y a hacer retratamientos de los cultivos para controlar las malezas. En muchos casos, por lso excesos hídricos, también hubo que refertilizar.
Eso generó un primer incremento de costos que fue de la mano de una caída del rinde esperado.
“Por cada día de atraso (en la siembra) se pierden entre 25/30 kilos de rinde. Como el atraso llegó a los 40/45 días se estima que el rinde caerá en 1.200 kilos sobre un promedio que tiene la provincia de 7.500 kilos”, indicó Enrique “Quique” García desde la Asociación de Plantadores de Arroz de Entre Ríos, entrevistado por Bichos de Campo.
Esas lluvias del inicio de la primavera dieron paso en los últimos meses a un periodo de calor seco, que está dejando daños importantísimos también en esta economía regional cuando las plantas están comenzando a aparecer.
“Solamente entre el 20% y 30% del área tuvo buenas emergencias y en el otro 70%/80% hubo que regar para que nazca el arroz, lo que incrementó más los costos mientras que los nacimientos no fueron uniformes”, explicó García, que es agrónomo y arrocero desde la cuna.
Escuchá la entrevista completa:
La mayor diferencia en la producción de arroz entre Corrientes y Entre Ríos pasa por el sistema de riego. En la provincia norteña se utilizan más los ríos y represas, mientras que en territorio entrerriano hay que recurrir a las bombas de riego para extraer agua de las napas cuando faltan las precipitaciones. Por eso, allí los costos productivos suelen ser bastante más altos.
“El costo de producción a noviembre era de 2000/2100 dólares oficiales y el rinde de indiferencia (la cantidad de arroz que se necesita cosechar para cubrir esos costos) estaba en 8500/9000 kilos, según la fertilización y los tratamientos que lleve el lote”, dijo García.
El productor de la localidad de San Salvador agregó que por la fuerte sequía se agregaron días de riego, lo que volvió a incrementar el costo. Por eso ahora se espera que el rendimiento de indiferencia deba superar ampliamente los 9.000 kilos, cuando se aguarda una productividad menor al promedio provincial, que es de 7.500 kilos. Esto implicará pérdidas.
A esto se agrega el problema de las llamadas “retenciones cambiarias” (por la brecha entre diferentes dólares) y las retenciones efectivas, que se llevan un descuento importante del precio.
Los productores están cobrando 250 dólares oficiales por toneladas del cereal, pero “nuestros vecinos de Uruguay cobran 290/300 dólares billetes por cada tonelada. Por eso decimos que el arroz no escapa a la realidad de los demás cultivos aunque tiene sus problemas complementarios”, se quejó el arrocero.