La familia Benetton posee en Argentina 920 mil hectáreas dedicadas a la producción agropecuaria y forestal. De ese enorme guarismo, casi 350 mil se encuentran en la zona cordillerana comprendiendo parte de las provincias de Río Negro y Chubut. Es ahí, en esa región, donde la Compañía de Tierras Sud Argentino, nombre de la empresa que administra esas estancias, tiene implantadas 9.342 hectáreas con diferentes variedades de pino, principalmente el Pino Ponderosa.
Quizá como forma de explicar los abultados y exuberantes números que maneja la compañía en nuestro territorio, en cuanto a la forestación, la clave está en los años. Es que en 1992 comenzó la implantación masiva de pinos, un año después que la familia Benetton tomara posesión de las tierras mencionadas.
Esos pinos siguen en pie aun transcurridos 30 años, y faltan unos 10 años más para que llegue el momento de la cosecha. Originalmente había estipulado contar con más de 9 millones de árboles, pero en la actualidad ese número se ubica cercano a los 5 millones de plantas en pie. De acuerdo al planteo productivo se plantan unas 350 hectáreas por año.
Sin embargo, lo que explican desde la compañía es que el objetivo es producir madera de calidad, libre de nudos para facilitar su industrialización, y mantener constante el ritmo de siembra, para llegar a las 16 mil hectáreas en el largo plazo. Esto se da descansando en las variedades Pino Ponderosa, Pino Murrayana, Pino Jeffreyi y Pino Oregón, las que allí se encuentran en pie.
En las tierras de Benetton, las tareas silvícolas están a cargo de profesionales con equipamiento de última tecnología. El programa trazado incluye acciones permanentes de tratamiento de residuos forestales, control de plagas, prevención y control de incendios. Como alternativa se realiza manejo silvopastoril con ovinos en dichas forestaciones. Bichos de Campo estuvo recorriendo esos bosques, donde Juan Chuquer, encargado de forestación de la compañía graficó las vicisitudes de la producción y el manejo, además de ponerle números al presente y futuro de la actividad: “Se ha plantado a una densidad inicial de 1.111 plantas por hectárea, lo que da, en este cuadro donde estamos, de 2.700 hectáreas, alrededor de 2.900.00 plantas. En la plantación anual tenemos un promedio de 350 hectáreas forestadas cada año, pensado para un turno de corta de 40 años aproximadamente”.
Mirá la entrevista con Juan Chuquer:
“El plan forestal a escala arranca en el año 1992 con los dueños actuales, si bien los ensayos se habían realizado en el 89 y 90. Ahí arranca la forestación en masa. Se eligió la variedad Pino Ponderosa porque es la que más se adapta a la región y su objetivo es la producción de madera para aserrado. Lo que buscamos es que sea libre de nudos, por eso se ven las podas en altura” explica el especialista sobre el origen de esta idea productiva.
No obstante, Chuquer cuenta que tienen un plan de manejo que lo llevan a cabo año a año con una planificación anual que involucra entre 800 y mil hectáreas de raleo y poda por año. “Se hace una primera poda a los 13 o 14 años de vida, y luego se hacen segundas y terceras, a los 3 años de cada intervención, ya que cada entrada al bosque nos permite levantar un metro y medio de altura de poda”.
De acuerdo a un informe del INTA Bariloche, para la actividad forestal del norte de la Patagonia, Sirex noctilio se ha convertido desde su invasión, fechada en 1993, en uno de los problemas prioritarios. La avispa, que ataca exclusivamente especies del género Pinus, ha colonizado con éxito prácticamente todas las plantaciones de la región, alcanzando incluso en algunos casos, niveles epidémicos de cierta magnitud.
A su vez, el Pissodes castaneus es un gorgojo barrenador del floema capaz de ocasionar la muerte de las plantas jóvenes y plantines en vivero, especialmente del género Pinus. Es una especie originaria de Europa, pero está presente en la región patagónica desde hace ya varios años. El reporte formal de su detección data de 2005. En la Patagonia, este gorgojo se distribuye en las provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut afectando las principales especies de pino utilizadas con fines forestales.
Sobre esto, Chuquer explica: “En cuando al manejo de plagas, básicamente el mayor problema que tenemos en Patagonia es el Sirex, la avispa barrenadora de los pinos, y en los últimos años apareció Pissodes, el gorgojo de la corteza del pino. Se llevan a cabo controles mecánicos y biológicos. El biológico se lleva a cabo por el Estado provincial con Senasa y las direcciones de bosques de cada provincia. El control mecánico lo realizamos internamente, que consta en identificar las plantas atacadas por esta avispa y las eliminamos”.
En este sentido, el ingeniero forestal profundiza sobre esta cuestión: “El Sirex nos preocupa a nivel país. No es de acá del país, se cree que entró por Misiones desde Brasil por madera aserrada, ya que tiene la capacidad de que sus huevos viajen en la madera. El potencial lo desconocemos. Tenemos la tranquilidad que naturalmente la plaga se ha controlado en estos 10 años, pero es un tema que está latente. Tenemos que estar muy atentos de que no haya una explosión que puede dañar todo. No tiene límites”.
Quizá otro de los grandes problemas que tiene la producción forestal en la Patagonia pasa el riesgo de incendios, donde el fuego puede en poco tiempo acabar con el trabajo de años. “En parte es así”, responde Chuquer, quien agrega: “El 2021 nos ha demostrado con los incendios que hubo, aun realizado los manejos y tratamientos de residuos forestales, cuando tenemos fuegos con vientos es muy difícil de controlar. Acá no se ven ramas ni residuos forestales, porque durante años hicimos el tratado de residuos con una trituradora para bajar el material y ayudar a que la descomposición de ese material sea más rápido, cosa que en la Patagonia cuesta mucho”.
Sobre estas prácticas, Juan describe que tener residuos dentro del bosque es un peligro: “Aun sin tener residuos te puede pasar, pero teniéndolos el riesgo es mayor. Tener las plantaciones podadas tiene el objetivo de evitar un fuego de copa. Acá tenemos plantas de 4 o 5 metros de poda, lo que rompería la continuidad vertical del fuego y evitaría que se queme la copa del árbol, lo que lo mataría”.
A este tipo de producciónes forestales, y a las de la Benetton particularmente, se les ha endilgado que el monocultivo arrasa con los suelos de la región. Se lo preguntamos al responsable del tema, quien responde: “El término del monocultivo es algo que escuchamos muchísimo. No comparto esa idea. Creo que un bosque bien manejado, donde se puede ver que hay especies forrajeras y de la flora autóctona de la Patagonia, no me parece que sea monocultivo. Eso sería si abajo no crece nada. Eso no pasa acá. En el caso nuestro hemos intentado introducir otras especies, haciendo ensayos con distintas instituciones y universidades. Estamos en el límite inferior de lo que tolera una especia forestal. El Ponderosa justamente es lo que mejor se adapta, y lo que realmente nos da algo de certeza para la actividad productiva”.
En la Patagonia que la forestación tenga hasta 70 años, es relativamente nueva, las rotaciones son de 40 o 45 años. Hay muchas cosas que aún se desconocen, no se han probado en cuestiones genéticas. Es por esto que el INTA viene desarrollando hace muchos años un programa de mejoramiento genético con Ponderosa y Oregón. “En el Ponderosa, desde 2013 plantamos las primeras hectáreas con plantines provenientes de semillas mejoradas genéticamente. Desde el 2014 hasta la actualidad, toda la semilla que se planta en toda la Patagonia es mejorada de los huertos semilleros del INTA. El mejoramiento consiste en mejorar pensando siempre en el nudo de la madera. Se ha tratado de disminuir la cantidad de ramas por verticilo, el tamaño de esa rama y mejorar el ángulo de inserción de la rama. Cuanto más a 90 grados esté ese ángulo, menor va a ser el diámetro del nudo” explica Chuquer.
Para finalizar, el responsable forestal de la Compañía de Tierras Sud Argentino, revela que el objetivo de la producción siempre fue el mercado interno de madera. “Pensamos en el mercado regional, ya que hay un alto consumo de la construcción. Mucha de la madera que se consume es madera de Misiones. Nosotros apuntamos a ese mercado, y quizá con el tiempo podamos hacer algún producto de mayor valor agregado como molduras, carpintería, etc.” Asegura Chuquer.
Desde el enclave productivo afirman que están orientano esfuerzos para instrumentar nuevas alternativas relacionadas con el aprovechamiento de los productos del raleo y a través de las mediciones y evaluaciones realizadas en el inventario forestal, que en un corto plazo permitirá el emplazamiento de una planta industrial dedicada a la industrialización de dicha madera, además de la instalación de un vivero forestal propio para la producción de 450.000 plantines por año.
Muy interesante la nota, el periodista hizo preguntas clave. Por nuestra parte, en otra escala y en un sitio forestal de menor potencial (Alto Rio Pico Chubut), desarrollamos la actividad con la misma especie. Actualmente contamos con una masa forestal de 1.400 has. Bajo formato de Fideicomiso Forestal Tehuelches
Y que beneficio le trae un monocultivo de pino al ambiente si a corto plazo los van a talar para madera.
30 años no es tan corto plazo, vos prefería que sea estepa vacía?
Felicitaciones hojala hubiera 1000 beneton
Yo le envié a frigerio forestar como iniciativa por cada masa de ciudad lo que logre fue que me blokearam.
Felicitaciones por gente que piensa más haya
Hojala hubiera 10mil beneton
Ojalá que no. Tendríamos un monocultivo de pinos para hacer madera … no leen la nota ?
Recemos para que el daño al medio ambiente sea lo menor posible, ya nuestro planeta no puede aguantar errores.
Nuestra provincia la minaron con esta especie que es una plaga, lamentablemente nuestros bosque nativos van en decadencia por esta plaga. La trajeron para parchar la cagada que se había mandado con nuestros árboles milenarios, talaron… se llenaron los bolsillos y ahora nos implantan está porquería para parchar.
Todo muy bonito pero no es pino para nuestra Patagonia si quieren hacer algo bien qué sea con especies autóctonas no con porquería
En los lugares donde forestan no hay especies autóctonas, en algunos lugares se dan bien pero no son especies rentables como madera, las forestaciónes de pino posibilitan el silvopastoreo y mayor rendimiento en la cria de vacas y ovejas protejidos de los inviernos, todo esto frena la desertificación y genera muchas fuentes de trabajo para frenar la migración de su población, lo que no dice el informe es que la república argentina subsidia las forestaciónes y la provincia de Chubut duplicaba ese subsidio, o sea que cualquier propietario de tierras en esas regiones podría forestar.
Mirá…puede haber críticas negativas,siempre las hay frente a algún emprendimiento o empresa de cualquier tipo. Nunca faltan aquellos que ponen piedras en el camino. Mi comentario y opinión son las de un lego. Pero,pero ,las conclusiones son totalmente pragmáticas vistas desde experiencias de convertir desiertos en bosques llenos de vida.
Que los señores/ras ambientalistas siempre se pronunciarán por el ambiente .
Yo prefiero un bosque a un desierto inerte,inútil.
Conozco,por haber estado,la enorme experiencia tan exitosa en la costa atlántica del sur de Bs.As. de un pionero y civilizador como fué don Carlos GESELL de orígen alemán,cuando convirtió enormes desiertos con dunas de arena,en maravillosos bosques de ciertas especies de coníferas,que prosperaron y hoy son lugares maravillosos con un rosario de villas costeras de alta calidad turísticas,como Va. Gesell,Cariló,Sta.Teresita,San Bernardo,Mar de Ajó y varias villas más de alta gama para el turismo.
Del Atlántico bonaerense.
Que las especies no so autóctonas y bue,lo mejor es hacer las cosas aunque no sean tan perfectas.
Un algarrobo,un quebracho,un petiribí,una quina,un ñandubay,llevan más de cien años para dar sombra y refugio….