Casi llegando al borde del mapa, en el municipio fueguino de Río Grande, se encuentra el establecimiento ganadero Pirinaica, cuya cabaña de Hereford ostenta el título de ser la más austral de Argentina y también de todo el mundo.
Adquirida por la familia Sevillano en 1983, luego de vender un campo que mantenían en la localidad bonaerense de Tapalqué, Pirinaica comenzó haciéndole honor a la producción ovina de la provincia. Con el paso de los años y el aumento de los ataques de perros asilvestrados sobre el rodeo de ovejas, la estancia se reconvirtió y apostó más al mundo de los bovinos. Luego comenzó a trabajar en genética, algo que fue más fácil de planear que de ejecutar.
“Yo me hice cargo de la estancia en el año 2014. En ese entonces la familia mantenía un stock de 400 vientres más o menos, a la par que se achicaba el ovino porque en definitiva se había vuelvo alimento para perros. Empezamos con el trabajo de cabaña de pedigree a través de implantes embrionarios, porque la condición sanitaria de la isla -que es libre de aftosa, tuberculosis y brucelosis sin vacunación- no permite el ingreso de animales en pie desde el continente”, relató a Bichos de Campo Jorge Sevillano.
Pirinaica inició su historia con una superficie de 13.000 hectáreas, que para 1990 comenzó a expandirse hasta alcanzar las 21.900 hectáreas actuales. Ubicada casi en su totalidad dentro del Ecotono de Tierra del Fuego, área entre la estepa y la cordillera caracterizada por bosques y turbales, posee una carga de 1.200 vientres, entre los que se destacan 70 vientres de pedigree y 42 toros destinados a la reproducción.
“Hacer genética bovina no era una cosa típica en una provincia patagónica netamente ovina. Hoy el stock bovino de Tierra del Fuego llega a las 60.000 cabezas aproximadamente. Nosotros nos convertimos en la cabaña de Hereford más austral del país y te diría que del mundo. Nuestro principal desafío es estar a 3000 kilómetros de los centros genéticos más importantes”, señaló Sevillano.
Y a continuación agregó: “Dentro de los objetivos de la cabaña está el exportar genética al resto del país y del mundo, aprovechando la condición sanitaria de la provincia. Tierra del Fuego inició el desarrollo de un centro genético hace cosa de seis años y esta es una forma de apuntalar ese proyecto”.
Fuera de lo que es la actividad de cabaña, Pirinaica se focaliza en la cría extensiva ante la imposibilidad de realizar un ciclo completo rentable. Dadas las bajas temperaturas -que se extienden desde mayo hasta casi finales de la primavera-, la disponibilidad de forraje demora la terminación de los novillos y evita que alcancen el peso promedio esperado. De más está decir que tampoco hay disponibilidad de granos, sean de soja o maíz, como en otras latitudes.
“Acá se empieza a congelar el suelo, la nieve cubre el pasto y si bien el animal tiene para comer no engorda. Es más, tiene una pérdida de kilos durante ese periodo de frío. Terminar un novillo te puede llevar tres años en vez de dos y después pierde valor comercial. En ese sentido la adaptabilidad que ofrece Hereford hace que sobreviva el más apto”, explicó el productor.
Es por eso que una vez destetados, los animales fueguinos usualmente son enviados a feedlots en el continente para su engorde y venta. Según indicó Sevillano, la tasa de preñez con implantación de embriones está entre el 67% y 70%, mientras que la de inseminación, que anualmente se realiza sobre un rodeo de 250 a 300 animales, ronda el 72% a 74%.
Esto índices resultan claves para la cabaña, ya que al estar lejos del continente y de los centros de inseminación, cosa que dificulta la obtención de material genético, año tras años deben intentar lograr el mayor número de vientres preñados posibles.
-¿Qué otros desafíos reconoces para la producción de Pirinaica?- le preguntamos a Sevillano.
-El tema del flete es uno de ellos.
-¿Cómo envías tus animales a los feedlots?
-Los destetes se hacen hasta mayo, por lo que en febrero empezamos a buscar los canales de comercialización. Los acopiadores más confiables de terneros en la Patagonia son cuatro. Están en Trelew, Madryn y Trevelin. Una vez seleccionados los terneros de reposición, el resto se carga en un camión que tarda entre dos y tres días en llegar al feedlot. En el medio tenés un proceso aduanero que es casi como una exportación desde Tierra del Fuego al continente, aunque eso después te da cierta agilidad para exportar a cualquier parte.
-¿Y con la alimentación cómo se manejan?
-Aquí es todo pasto natural. Se pastorea en forma extensiva y en forma de veranada e invernada. Los vas migrando según la época del año. Los campos de veranada son más limpios, sin tanto bosque, con más oferta de pasto y vienen con un descanso que les permite recuperarse.
-Al incorporar los bovinos, ¿han tenido más problemas con los depredadores?
-Los perros asilvestrados se fagocitaron el 60% de la producción ovina que había en la provincia y eso fue lo que llevó a migrar a una producción. Hoy hay una merma en bovinos que está más o menos en el 1% a 1,5%, entre el momento de la parición y el destete. Hay impacto pero leve. Hasta que no haya una política desde el Estado, lo que se puede hacer como capturarlos son todas medidas aisladas.
-¿Cuándo consideran que la genética de Pirinaica ingresará al mercado?
-En dos años más estimamos que estaremos en condiciones de vender genética. Este año se compró por un pool un toro de Palermo como puntapié y prueba para ver cómo se puede orientar ese mercado.
No sería interesante evaluar la posibilidad de confinar la hacienda con instalaciones adecuadas para climas extremos (como ocurre en otros países del mundo) con manejo en buenas practicas pecuarias – ambientales y traer los insumos para producir el alimento (cereales, fuentes proteicas y fibra) aprovechando la posibilidad de zona franca. Engordar la hacienda en la isla y faenar para el propio consumo interno y turismo e incluso exportar; crear una marca registrada tal vez, la cual puede tener grandes posibilidades de diferenciación. Creería que se evitaría el tremendo estrés que sufre la hacienda hasta destino (bienestar animal), costo de flete para llevar la hacienda y luego traer la carne nuevamente para procesarla en la isla, además de trámites para salir y entrar de la misma. Es solo una opinión y que me he planteado en un viaje que realicé hace unos años a Tierra del Fuego. Creo que el valor agregado en origen para una economía regional es indispensable y puede ser factible, o por lo menos evaluarlo. Saludos cordiales.
Luchetti, perdon por la demora, no se realiza estabulacion por una cuestion de costos. TdF no se aleja de la realidad del resto del pais, en que todos los fletes son por medio de transporte terrestre y los costos de los mismos se transforman inviables, un fardo de pasto chico, hoy sale al rededor de los $1600, ina bolsa de balanceado sale $3200, siendo gran parte de ese valor la cuestion del flete. Otra opcion, es el flete maritimo, pero este no tiene regularidad de frecuencia. Por otra parte los valores de la hacienda, son mas baratos que los precios de referencia de Liniers,