Comenzó hoy la Semana de la Carne Porcina y el sector lo festeja a medias. Tiene motivos de fondo para hacerlo porque su producción creció de forma notable en los últimos años y porque gracias a ello su participación en la mesa de los argentinos llega a los 16 kilos por habitante y por año, según el dato del Ministerio de Agricultura. Los privados dicen que es más alta su participación, con 20 kilos.
Pero en la coyuntura del sector porcino también hay mucho que reclamar. Por un lado, se viene dando un incremento notable de las importaciones, que según estimaciones le agregan 1 kilo más al consumo promedio por habitante. Aprovechando el dólar oficial barato, los excedentes productivos de Brasil terminan en las góndolas argentinas compitiendo con la carne local e impidiendo un mayor ingreso a la cadena.
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— Juan Luis Uccelli (@juanluisuccelli) June 13, 2022
En cuanto a las importaciones, en los primeros cinco meses del año se registró un récord. “Desde 1999 que no era tan importante el ingreso de carne. Esto perjudica la producción local y en nada ayuda a los consumidores” dijo el consultor Juan Uccelli. El ingreso carne desde Brasil principalmente este año sumó 21.600 toneladas, lo que significa un incremento del 82% interanual.
Por otro lado, “nunca exportamos tan poco en muchos años. Algo de exportación sacaría presión del mercado interno, pero no hay visión a mediano y largo plazo. De los 5 primeros meses del año sólo exportamos durante dos, lo que significa el 3,4% del año pasado”, agregó Uccelli.
La baja en las exportaciones tiene que ver con la recuperación del stock porcino y la producción de carne de cerdos en China. A nivel global se producen cerca de 100 millones de toneladas de esta carne y el 50/55% lo produce y consume el gigante asiático. Por la Peste Porcina Africana redujo su oferta interna en 18 millones de toneladas, lo que lo obligó a salir a buscar carne al mercando mundial. La carne vacuna aprovechó la oportunidad y se ganó un espacio mayor en ese mercado, pero para la carne porcina la recuperación productiva en ese país es un golpe grande, porque la competencia directa le impide seguir ingresando allí.
La situación preocupa y mucho a los empresarios y productores de cerdos argentinos, porque esto se da además en un momento del año baja demanda interna. El otoño e invierno es el período de menos consumo, lo que afecta las cotizaciones de la carne porcina.
Uccelli dijo que todo esto deprime el precio del capón, que ronda los 170/190 pesos el kilo vivo. Esta cotización equivale a 340 pesos por kilo en gancho, prácticamente la mitad de lo que vale el kilo de carne vacuna faenada. Esto permite suponer el precio de la carne porcina tiene recorrido alcista y posibilidad de acortar esa brecha.
Por ahora, más que una posibilidad es una expresión de deseo. Aunque si las importaciones se recortan por el aumento del precio internacional esa suba tiene más chances de darse y de que los productores mejoren sus ingresos.