Lo que sucede con la yerba mate da cuenta de cómo la política se mira el ombligo y poco le importa el crecimiento productivo, sobre todo cuando se trata de economías regionales que menos aportar al fisco respecto de la producción pampeana.
El precio de la yerba mate fue establecido recientemente por un laudo del Ministerio de Agricultura en los 47 pesos por kilo de hoja verde. Sin embargo, “el productor percibe 60 pesos por la materia prima, lo que es un valor aceptable teniendo en cuenta la inflación de costos que tenemos como insumos agrícolas, mano de obra y combustibles”, contrastó el productor de yerba y té Cristian Klingbeil, quien en las últimas elecciones legislativas además quedó como diputado suplente por el radicalismo.
Dirigente de la Asociación de Productores Agrícolas de Misiones, Klingbeil dijo que el desfase entre el precio oficial y el precio real de mercado se debe a que “el gobierno no quiere reconocer el valor que percibimos, para intentar frenar aumentos en la góndola, lo que genera bronca en el productor”.
“Hoy se está pagando por arriba de lo que fijó el gobierno nacional. Si fuera ese precio estaríamos hablando de un conflicto hasta social, porque el sector viene castigado en los últimos años”, explicó.
La suba del precio de la yerba mate en Misiones y Corrientes en gran medida tiene que ver con la menor producción. Cuando la seca afectó a la provincia, el susto hizo que algunos proyectaran una baja de hasta 50% en la cosecha, pero a criterio de Klingbeil el recorte será mucho menor.
“La cosecha empezó más tarde porque las lluvias llegaron a partir de marzo y eso hizo rebrotar a las plantas, pero las pérdidas serán menores a la estimadas, calculo de 15/20% como máximo”, precisó el dirigente.
El otro problema grave que tienen en el sector, según contó a Bichos de Campo, es la falta de mano de obra. “A los productores nos descuentan el pago de aportes pero no logramos que la genta se blanquee porque las organizaciones sociales los amenazan con la pérdida del plan social. Entonces nos vemos obligados a entrar en el juego de dar trabajo en negro porque si no nos quedamos con producción en las chacras”.
Lo que enoja a Klingbeil es que entre productores y el sindicato se logró el convenio de corresponsabilidad gremial justamente para frenar el trabajo en negro, contra el atenta la misma política.
Para “solucionar” ese problema, el Poder Ejecutivo nacional emitió en su momento un decreto según el cual los planes sociales podían convivir con el trabajo registrado o en blanco, pero el miedo y las presiones pueden más y el que se perjudica es el productor.
“Damos trabajo en negro cuando nos descuentan los aportes y arriesgamos a que alguien se accidente, no tenga la cobertura necesaria o nos caiga una inspección y nos sancionen”, alertó Klingbeil, y agregó: “Al gobierno no le importa ni siquiera publicitar la compatibilidad entre planes y trabajo en blanco”.