En el Día del Trabajador no existen buenas noticias en lo que respecta al empleo en el ámbito rural argentino porque, si bien muchas actividades agropecuarias tienen una demanda insatisfecha de personal, existe poco interés por parte de los potenciales interesados.
Buena parte de ese fenómeno se explica porque un sector de la población argentina considera a los planes sociales como un derecho adquirido –una suerte de ingreso mínimo asegurado permanente– y eventualmente complementa el mismo con “changas” sin considerar la posibilidad de regresar al mercado formal de trabajo ni siquiera en términos temporales.
Para intentar revertir ese problema, que en muchas actividades mano de obra-intensivas representa un verdadero drama, el año pasado se implementó, por medio del decreto 514/2021, un régimen de compatibilización del trabajo rural registrado con la recepción de planes sociales bajo las modalidades de empleo temporario.
De esa manera, a partir de septiembre de 2021 los trabajadores temporarios del agro argentino pueden ser contratados en blanco por cierto lapso de tiempo sin que eso derive en la desactivación, por parte de la Anses, del cobro de planes sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH) o el plan Argentina Trabaja.
Los últimos datos oficiales de empleo en el sector agropecuario, correspondientes a enero pasado, no son alentadores, pues, si bien muestran un “tibio” aumento respecto de la situación presente un año atrás, siguen muy lejos de la demanda potencial de empleo disponible en el sector.
En la segunda mitad de la década pasada el nivel de empleo en el agro se deterioró en línea con una marcada pérdida de competitividad de diferentes sectores que integran el agro argentino. Si bien a partir de 2017 –con la gestión de Mauricio Macri– ese proceso había comenzado a revertirse, durante la actual gestión de Alberto Fernández se cayó nuevamente la originación de empleo registrado en el campo.
Antes del decreto 514, las personas que eran dadas de alta en un empleo dejaban de percibir los planes sociales. Por eso se esperaba que la flexibilización de la medida generase una mayor oferta de personas dispuestas a realizar labores en el agro. Pero eso no sucedió.
Vale mencionar que el decreto 514 estableció la flexibilización por un período de dos años, lo que introdujo un factor de riesgo respecto de la situación presente a partir del tercer año. Adicionalmente, además de los planes nacionales, en muchas provincias se implementan beneficios sociales que se desactivan cuando el beneficiario es dado de alta en un empleo.