El Boletín Oficial de este jueves incluye la Resolución 691/2021 del Ministerio de Desarrollo Productivo, que relata una historia que es un canto a la estupidez argentina.
Cuenta esa historia basada en hechos reales que el pasado 14 de abril, es decir en la época del año en que se inicia la temporada citrícola en la Argentina, una resolución del propio Ministerio que dirige Matías Kulfas “procedió al cierre del examen por expiración de plazo” de una investigación por dúmping (daño a la producción de un país que provocan los productos que ingresan desde otro mercado) que se había iniciado siete años antes, en 2014.
El producto que se había cuestionado allá lejos y hace tiempo eran los “fungicidas a base de hidróxido de cobre, oxicloruro de cobre u óxido cuproso, que no contengan bromometano (bromuro de metilo) o bromoclorometano, presentados en formas o envases distintos de los utilizados en aplicaciones domisanitarias”. Esos productos eran importados desde Chile y Estados Unidos en la posición arancelaria 3808.92.91, pero una empresa local denunció que se trataba de una operación que hacía dúmping (ingresaba por debajo de los costos locales) y por lo tanto lesionaba la producción nacional.
Por eso, frente a esa situación, en 2014 se aplicaron derechos antidumping (es decir una tasa adicional que encarecía el producto importado) y la mencionada Resolución de abril firmada por Kulfas lo que hizo fue estirar esa sanción. De ese modo, el fungicida importado debería pagar un 61,04% adicional al valor FOB de cada venta originaria de Chile, y un 40,55% para el caso del producto originado en los Estados Unidos, lo que implica un virtual cierre del mercado argentino.
Bienvenido sea: se había defendido a la producción nacional.
¿Que sucedió? El 10 de agosto pasado, la Asociación Citrícola del Noreste Argentino (ACNOA), que agrupa a los grandes exportadores de cítricos (en especial de limón), se presentó al MInisterio de Kulfas para opinar sobre el asunto. “ACNOA representa a más del 90% de los productores de cítricos del Noroeste Argentino (NOA), responsables del 73% de la producción de cítricos de Argentina. En nuestra región se produce el 97% de la producción de limones de nuestro país (1,5 millones de toneladas), la cual va destinada a la exportación y mercado nacional como fruta fresca y a la industrialización de aceite esencial, jugo concentrado y cáscara deshidratada de limón. Casi toda la producción industrial se destina a la exportación”, apuntó la cámara en su presentación ante Desarrollo Productivo, como para que Kulfas tuviera claro quién le estaba hablando.
En la nota, los citricultores se quejaron, como usuarios del mencionado fungicida, por el “impacto económico que los derechos antidumping aplicados tienen para nuestro sector” y criticaron especialmente la última decisión de prorrogar las medidas antidumping contra ese producto.
“Si bien se han mantenido las mismas alícuotas para las importaciones provenientes desde Chile (61,05%) y los Estados Unidos (40,55%), se dejó sin efecto el derecho antidumping individual aplicado a la empresa chilena Quimetal Industrial S.A. (7,76%), que es el proveedor principal de óxido cuproso de nuestras empresas”, se apuntó.
Esto quiere decir que por un descuido o vaya a saber qué situación, en plena campaña citrícola, el gobierno cerró la última ventanita que estaba abierta para el ingreso de ese agroquímico tan específico, que no son poco importantes para la citricultura sino todo lo contrario. “Estos productos constituyen la base de la estrategia de control fitosanitario de los cítricos de nuestra región, ya que son prácticamente los únicos tratamientos para enfermedades cuarentenarias que permiten cumplir las estrictas exigencias oficiales y privadas en materia de residuos de plaguicidas de los mercados de exportación de cítricos y productos derivados”. A modo de ejemplo, ACNOA citó que los tratamientos para Mancha Negra y Cancrosis utilizan ese fungicida.
“Los productores realizan entre cinco y siete aplicaciones de los mismos a las plantas de cítricos entre los meses de septiembre y febrero de cada año”, se recordó a Kulfas, citando incluso estudios realizados por la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC) que dan cuenta de que “el óxido cuproso es el más eficaz de los tres productos alcanzados por esta medida, debido a su doble función de funguicida y bactericida, mientras que los otros productos tienen un uso más acotado (el hidróxido de cobre se usa más bien como bactericida y el oxicloruro de cobre como fungicida)”.
Es decir que una medida pensada en 2014 para proteger a los productores locales de esos insumos terminó afectando a los usuarios finales, los productores.
¿Quién había presentado en 2014 el recurso antidúmping prorrogado en abril pasado? ACNOA recordó que en soledad fue la empresa Tort Valls SA, pero consideró que la misma “no se encuentra en condiciones de satisfacer las necesidades de nuestro sector”.
“Dicha empresa carece de capacidad productiva instalada para abastecer íntegramente al mercado argentino de hidróxido y oxicloruro de cobre. Por otra parte, no produce ni tiene registrado en SENASA la formulación de óxido cuproso que demandan nuestros productores”, se subrayó desde el sector citrícola.
Es por ese faltante de oferta nacional que las citrícolas “necesitamos recurrir a la importación desde Chile de óxido cuproso y de los demás productos alcanzados por la medida antidumping, ya que es el proveedor natural de nuestro país por precio y calidad”. Pero la persistencia de salvaguardas desde hace siete años “incrementa considerablemente nuestros costos de producción, lo cual puede afectar la competitividad de las exportaciones argentinas de cítricos y sus productos derivados, con la consiguiente pérdida de mercados de exportación”.
En la temporada 2020, la Argentina cerró preventivamente sus exportaciones de cítricos a la Unión Europea por las constantes denuncias de casos de Mancha Negra. En abril se reabrieron esos negocios ante la promesa de controles más estrictos. Justo en ese mismo momento, el ministro Kulfas estiraba la vigencia de estos altos aranceles de importación.
“Teniendo en cuenta la proximidad de la campaña de producción 2021-2022 a partir de septiembre del corriente año, que se iniciará con la preparación de las unidades productivas y aplicación de los tratamientos preventivos reglamentarios para las plagas cuarentenarias de preocupación de los mercados de exportación, solicitamos con carácter de urgente la suspensión de la medida antidumping vigente para el óxido cuproso importado desde Chile y, en lo posible, para los demás productos comprendidos en la Resolución 131/2021”, reclamó ACNOA.
Por suerte, detrás de tanta desidia e improvisación manifestada a veces por el Estado Argentino, el ministro de Desarrollo Productivo tuvo un rapto de lucidez y este jueves suspendió los aranceles antidumping aplicados desde 2014 -y ratificados en abril- para las importaciones de “Fungicidas a base de hidróxido de cobre, oxicloruro de cobre u óxido cuproso, que no contengan bromometano (bromuro de metilo) o bromoclorometano, presentados en formas o envases distintos de los utilizados en aplicaciones domisanitarias”.
La decisión se tomó luego de una rápida investigación de las autoridades que demostró que era cierto lo que decía ACNOA y que “la capacidad instalada de la rama de producción nacional no es suficiente para abastecer el consumo total comercializado en el mercado de fungicidas cúpricos, y que, además, la industria nacional no produce comercialmente el óxido cuproso, un insumo que por sus especificidades técnicas presenta ventajas con relación a los otros fungicidas cúpricos disponibles en el mercado”.
Bien, vamos que podemos…