En la zona centro de Misiones, Klimiuk Infusiones es un establecimiento familiar con una trayectoria de cinco décadas vinculada al mundo de las infusiones que caracterizan esa región productiva. Comenzaron como una empresa familiar dedicada al acopio de yerba mate y té y con el tiempo se transformaron en una industria con presencia en más de doce países. Aún en un escenario complejo para los cultivos más típicos de Misiones, invierten en tecnología para mejorar la calidad y la exportación de su producción.
“En 1973, mi padre y mi madre se instalaron en el Paraje Primero de Mayo en Campo Grande, donde comenzaron con el acopio de materia prima como yerba mate, té y también tung en su momento” relata Jonathan Klimiuk, actual titular de la empresa, en diálogo con Bichos de Campo.
“Así dimos los primeros pasos, comprando la producción de pequeños productores para trasladarla a las industrias. Luego fuimos incorporando maquinaria para brindar servicios de cosecha, lo que permitió ampliar la actividad”, agrega el empresario.
Como muchas economías regionales, la actividad atravesó tiempos difíciles. “En la década del noventa y principios de los 2000, el panorama se complicó para todos. Algo muy similar a lo que está pasando ahora, donde estamos caros en dólares para producir. Las industrias empezaron a quebrar, un mal momento donde particularmente algunos exportadores y pequeños elaboradores, principalmente de té, pero también de yerba, fueron abandonando su industria”, recuerda Klimiuk.
El empresario agrega que “en ese momento, mi padre Vicente junto con mi hermano mayor, manejaba un volumen importante de materia prima cuando surgió la posibilidad de arrendar secaderos. Ese fue el punto de inflexión: pasamos de ser acopiadores a elaborar té en rama y yerba canchada”.
La devaluación del peso argentino a comienzos del milenio abrió una ventana de competitividad para las exportaciones. “Argentina, a nivel mundial, ahí crece mucho en las exportaciones de té. Nosotros ya estábamos dándole valor agregado a la materia prima. En 2009 comenzamos la producción de nuestro propio establecimiento y empezamos a crecer tanto en yerba mate como té. Hoy en día con la exportación de té estamos con presencia en doce países”, destaca Klimiuk.
–¿Cómo desarrollaron la zafra yerbatera este año?
–En yerba mate, trabajamos con tres molinos a los que proveemos de materia prima. Este último año, puntualmente en yerba, hicimos una fuerte inversión donde buscamos elaborar yerba libre de humo, apuntando a mejorar el producto para lo que es exportación. Buscamos adaptarnos a las normas internacionales para que la yerba mate como producto esté dentro de los estándares que rigen en la Unión Europea.
–¿Cómo es la producción con este sistema libre de humo?
–Consiste en secar la yerba mate indirectamente mediante una cinta con intercambiador de calor. Además, incorporamos una innovación en el sapecado, el proceso de corte enzimático de la hoja verde, que tradicionalmente se realiza con exposición a la llama. Ahora lo hacemos con calor indirecto, evitando el contacto con el humo. Fue una incorporación muy bien recibida por nuestros clientes. Los análisis demostraron que la yerba está libre de humo, que se encuentra dentro de los parámetros internacionales y sin modificar su sabor tradicional. Es un producto diferencial que nos abre puertas en el exterior.
Esta innovación tecnológica fue diseñada junto a industrias metalúrgicas locales como Holk y Pedelhez. “Es un orgullo que este desarrollo haya sido todo posible acá en Misiones con mano de obra e industrias locales”, remarca Klimiuk.
El proceso de modernización también incluyó inversiones en eficiencia energética y sustentabilidad. “Incorporamos paneles solares para reducir el costo energético y disminuir la huella de carbono. Junto al INTI realizamos un estudio que mostró que nuestro té tiene una huella de carbono menor en comparación con otros países productores”, afirma Klimiuk.
A su vez, la empresa implementó sistemas de recuperación de calor y de eficiencia térmica, que junto con la energía solar, permiten reducir significativamente el consumo: “Es un esfuerzo importante, pero necesario para ser competitivos y sustentables”.
–¿Cómo están actualmente con la exportación del té?
–En el té son pequeños volúmenes que van creciendo año a año. Estamos buscando salir de la concentración de Estados Unidos ya que el 70% de la producción del té que se produce en Argentina va hacia ese país. Nosotros, más allá de que nuestro principal cliente es Estados Unidos, buscamos estar presentes en otros países, buscando nuevos nichos. En el escenario global, el té de Kenia apareció con fuerza, con mucho apoyo estatal y disputa con el té argentino. Nosotros trabajamos desde hace tiempo en consorcios de exportación junto a otras empresas y colegas del sector. Participamos en misiones comerciales, articulamos con embajadas y buscamos oportunidades para posicionar al té misionero en nuevos mercados.
–A días de iniciar la cosecha de té, ¿cómo se están preparando?
–Nosotros vamos a estar largando la producción a fines de octubre. Es la época en que nos visitan los compradores internacionales, porque las ventas se cierran hacia fin de año y las exportaciones se realizan durante todo el año siguiente. Hoy con los aumentos que tuvimos, está caro en dólares para producir en Argentina, una situación que no escapa a ninguna economía regional. Tuvimos un fuerte incremento en energía, combustibles y todo eso se traslada al producto.
“Por eso, buscamos siempre ser lo más eficiente posible y bajar los costos como sea. Esperamos que después de las elecciones el gobierno nacional dé una vuelta de timón y acompañe a la producción, que tengamos un dólar más competitivo o que nos saque el pie de encima con la presión impositiva que tenemos en la industria”, se ilusiona el emprendedor.
–¿Hay algún mercado que estén mirando con interés, que resulte emergente o novedoso para el té argentino?
-De los últimos viajes que hicimos con el consorcio exportador, estuvimos trabajando con India y también ya hicimos el primer embarque a China. Estamos desarrollando una expansión en el mercado de China. Si bien ellos son un gran productor a nivel mundial, son elaboradores básicamente de té verde. Nosotros vamos apuntando con el té negro. Este primer envío llegó muy bien y fue aceptado en calidad. Esperamos seguir creciendo con este destino mientras buscamos nuevas oportunidades de negocio en distintos lugares del mundo para té misionero y argentino.
Klimiuk está convencido de que el gran desafío para las industrias de las infusiones es seguir abriendo caminos y conquistando nuevos mercados para ganar protagonismo internacional. La empresa, fundada por su padre y que actualmente conduce junto a sus hermanos Cristian y Félix, conserva su identidad familiar mientras consolida un perfil cada vez más exportador para que el té y la yerba mate misioneros amplíen su presencia en el mundo.