Por Matías Longoni.-
Joven Argentino. Si tienes entre 18 y 20 años no tienes por qué saber que no todos los empresarios que conforman la Mesa de Carnes son tan buenos como parecen ahora, ni estuvieron siempre comprometidos con “la transparencia” y la lucha contra la marginalidad que tanto pregonan desde que comenzó el gobierno de Cambiemos.
Fue emocionante ver desfilar a los directivos de cámaras de productores, de consignatarios y de frigoríficos, uno por uno, subiendo al escenario que había montado la Sociedad Rural en el ostentoso marco de su 150 Exposición de Palermo. Fue la primera vez que estuvieron todos juntos y dieron aire a esta Mesa que ahora debe aglutinarlos a todos. Pero ojo, que nadie come vidrio: ya era 2015 y el kichnerismo estaba en retirada.
Antes de eso, joven argentino, la mitad o más de los actuales integrantes de la Mesa -que ahora sacan chapa al ser recibidos por el presidente Mauricio Macri- solía concurrir todos los viernes a la llamada “escuelita”, una sala de reuniones donde el único profesor, el que bajaba línea, era el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno. Los empresarios que ahora claman por la tan preciada transparencia en ese momento recibían instrucciones sobre lo que tenían que hacer y no chistaban. En todo caso negociaban con el funcionario alguna u otra medida a favor de su sector o de su propio empresa.
Los que quedaban afuera del aula no importaban tanto. En ese momento el mundo estaba dividido entre amigos y enemigos, buenos y malos. La transparencia era una quimera.
Joven Argentino, si tienes entre 18 y 20 años no tienes obligación de saber que el secretario Moreno podía hacer y deshacer, trozar y destrozar, en el negocio del ganado y las carne porque hubo un grupo importante de empresarios que convivían con él y se acostumbraron a decirle “si Bwana”. Pocos, muy pocos, ofrecieron una digna resistencia.
No decían solamente sí a los caprichos del funcionario. Convivían con una feroz discrecionalidad y navegaban en esas aguas. Algunos hasta surfeaban.
Y no convivían solamente con Moreno, sino con una evidente estrategia para el desmantelamiento del Estado y los controles elementales que sobre ellos, al fin y al cabo empresarios, deberían surgir de modo constante desde el sector público.
Bueno, Joven Argentino. No tienes por qué saber que el mejor cómplice de la discrecionalidad de los funcionarios fue el oscurantismo. Y que en la época de Moreno una de las primeras cosas que se hicieron fue demoler casi toda la estadística pública sobre el negocio de la carne, porque sin información no hay manera de ejercer controles ni cuestionar la legitimidad de las medidas.
Debes saber, joven patriota, que la mayor parte de los empresarios del sector decidió convivir con la inexistencia de información oficial: no se sabía ni quien mataba los bovinos, ni cuánto pesaban, ni dónde se faenaban y mucho menos quién los exportaba. No se sabía casi nada. Menos que menos, quién pagaba impuestos y quién no lo hacía.
Bueno, nada joven ignorante. Toda esta introducción para contarte que la recuperada Subsecretaría de Control Comercial Agropecuario (Succa), acaba de volver a publicar luego de muchísimos años de oscuridad una información elemental, que es la que indica cuál fue la faena declarada en cada una de las plantas frigoríficas. Los datos se actualizan de forma permanente. Los últimos disponibles llegan a junio 2017.
Por ejemplo, Joven Argentino, ahora se puede saber que domina los negocios el frigorífico Swift de Rosario, que no tiene dueño porque un juez detuvo su venta de JBS a Minerva. Entre enero y mayo el Swift faenó 157.935 cabezas, y le sacó 50 mil bovinos de diferencia (si querés saber las categorías también están) al segundo de mayor faena, que fue el Rioplatense.
Pero también podrás saber, Joven Argentino, que la Municipalidad de Gobernador Gregores, en Santa Cruz, mató en lo que va del año solo 7 animales.
En fin, joven comprometido, no tienes por qué saber que muchos de los empresarios de la Mesa de las Carnes celebrarán esta noticia cuando en realidad mascullan porque no les gusta ser expuestos.
Por eso te lo contamos. Divertite y controlá: estos son hoy los principales frigoríficos de la Argentina: