El Consejo Federal de Suiza, órgano ejecutivo de ese país, aprobó nuevos requisitos para el etiquetado de productos de origen animal, con el objetivo de llevar mayor transparencia a los consumidores.
En concreto, la carne, los huevos y la leche que provengan de animales que hayan sigo sometidos a prácticas dolorosas, sin aturdimiento previo o aplicación de anestesia, deberán llevar un etiquetado diferencial en forma obligatoria. La medida entrará en vigencia desde julio de este año, y contemplará un período de transición de dos años.
Los productos que quedarán sometidos a esta nueva normativa serán la carne bovina proveniente de animales castrados o descornados; la carne de cerdo de animales castrados, con corte de cola o remoción de dientes; los huevos de gallina y carne de aves de corral, cuyos picos hayan sido cortados; la leche de vaca de animales descornados; las patas de rana cortadas; el hígado y carne de patos y gansos alimentados a la fuerza (el foie gras o paté).
En ese último caso, si bien aquel método productivo se encuentra prohibido en Suiza desde hace más de 40 año, aún se permite en el extranjero.
“Al imponer estas declaraciones obligatorias, el Consejo Federal aumenta la transparencia para los consumidores, permitiéndoles realizar compras informadas. Para ello, está adaptando la Ordenanza sobre productos alimenticios y bienes de consumo diario (ODAIOUs) y la Ordenanza sobre información alimentaria (OIDAI)”, indicaron las autoridades en un comunicado oficial.
“Todos los establecimientos que ofrecen los productos alimenticios pertinentes están sujetos a la obligación de informar, ya sean establecimientos de restauración, pequeños comercios o comercios minoristas. Estos negocios deben comprobar, como parte de su autocontrol, si están sujetos a la obligación de informar”, añadieron a continuación.
El gobierno suizo sumará también, desde este mes, la prohibición para importar pieles y productos de piel obtenidos mediante crueldad animal. Esto quedará incluido en las ordenanzas que regulan la importación, el tránsito y la exportación de animales y productos animales. A esto se sumará, además, la promulgación de una ley que prohíba su comercialización.