A mediados del año pasado, las imágenes de una gran nevada sobre la estepa patagónica generaron un fuerte impacto en la opinión pública: las ovejas y los productores hacían grandes esfuerzos para sobrevivir en medio de semejante desastre climático. Pero en realidad, los problemas del sector ovino venían de arrastre, ya que por varios años la región soportó una intensa sequía que redujo la oferta de forrajes.
Se suponía que la nieve (finalmente agua) iba a revertir esa situación cuando se derritiera. Pero no, volvió la sequía.
Osvaldo Luján, presidente de la Federación de Sociedades Rurales de Chubut, brindó algunos datos sobre las pérdidas que genera entre los productores patagónicos la falta de lluvias en la zona: “En muchos establecimientos se perdió el 20% de la producción de lana y entre 10 y 15% de los animales”.
En Chubut, explicó el dirigente, se concentra el 32% del rodeo nacional, que es de casi 13,4 millones de ovinos. La provincias es así la mayor productora de lana, que ha sido de 44/46 millones de kilos esta temporada.
Además hay que considerar que el destete, que es de entre 50 y 60% sobre un total de 6 millones de madres, se habría reducido un 20%. Esto significa menos cabezas para las próximas temporadas.
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En medio de este complejo escenario climático, para colmo, sigue impactando de forma negativa la pandemia del Covid sobre la demanda de lana, uno de los principales recursos exportables de la provincia. Al respecto, Luján indicó una hay una caída del 50% en el valor del producto (respecto de 2019) por la caída de mercados como Alemania, Turquía o China, donde ha caído la demanda de ropa y por tanto se vende menos lana.
Como si esto fuera poco, la política no ayuda. El sector mantenía la esperanza de que se terminara el año con la renovación de la Ley Ovina, pero con fondos actualizados. Pero esto quedó postergado en el Congreso Nacional. Y encima el Ejecutivo aumentó a fin de año las retenciones cobradas a la lana con más agregado de valor. Chubut produce casi 89% de lana fina.
“Estamos trabajando con la Mesa Ovina Nacional en gestionar la continuidad de la ley que posibilitó que se sostengan las existencias ganaderas, aún teniendo en consideración estos hechos climáticos. Hoy es una necesidad esa ley para mantener el crecimiento, porque hay buenas expectativas con el producto. Hay campos abandonados, pro también hay posibilidades de crecimiento y eso es importante”, dijo Lujan.
Respecto de los derechos de exportación, el dirigente comentó: “El decreto 1060, que apuntaba a bajar las retenciones a las economías regionales, no fue favorable respecto de la lana. Se bajaron a 0% para la carne, pero las de la lana peinada, que es la que tiene más valor agregado por su procesamiento, aumentaron a 4,5%, cuando deberían ser de 0%. Las de lana lavada y sucia se mantuvieron 5 y 7% respectivamente”, indicó.
A pesar los problemas, Luján no pierde el optimismo: “Estamos esperanzados de poder sentarnos en una mesa con gobiernos provinciales y nacionales con el objetivo común de ir por el crecimiento y el desarrollo”.