“Schatzi” significa “cariño” o “tesoro” en alemán, y es el nombre que eligió Virginia Gibson para ponerle a su empresa familiar elaboradora de productos orgánicos cuando la creó allá por 1980, tiempo en que la granola no figuraba siquiera en el Código Alimentario, aunque ya se consumía en Europa.
Con el correr del tiempo esta PyME, que está certificada bajo el sello orgánico hace más de 20 años, logró desarrollar la granola (Musli), realizada íntegramente sin el agregado de aceites y ningún tipo de conservantes. También distribuye una gran cantidad de alimentos certificados bajo una marca propia, reconocida por el mercado.
¿Cómo comenzó todo? “Comenzamos alimentando a nuestros hijos con alimentos que no fueran fumigados ante todo, y siempre buscando preservar su salud a través de la alimentación. Por eso les dábamos arroz integral, avena y mijo”, recordó Gibson a Bichos de Campo.
La socia gerente de Schatzi, aseguró que lo orgánico no es algo privativo para ricos. “Vendemos a Coto, que está presente en muchas zonas como La Matanza y es impresionante lo que se vende allí. En 5 años se triplicó el consumo de productos orgánicos”, aseguró.
Gibson informó que junto con el Movimiento Argentino para la Producción Orgánica (MAPO), organizan 4 ferias semanales en diferentes puntos de Capital Federal, para informar al consumidor dónde pueden encontrar los productos orgánicos certificados.
“De este modo se aumenta el consumo y se bajan los precios. Como empresa, bajamos muchísimo los valores si comparamos con los que teníamos 5 años atrás. Y en estas ferias, es el productor el que interactúa con el consumidor, evitando así intermediarios”, afirmó.
“El orgánico tiene garantía de trazabilidad. No hay otro. Toda PyME debe aprender a hacer el camino. Esto nos ayudó a tener trazabilidad en nuestros productos”, dijo Gibson.
Pero a la vez alertó que “faltan controles. La Ley 25.127 que dice que solamente podés utilizar la palabra ‘orgánico’. ‘biológico’ y ‘ecológico’ cuando tenés los sellos que acrediten esa certificación. La verdad es que lo único que te garantiza que estás consumiendo algo orgánico es el sello que está auditado por diferentes acreditaciones”.