El próximo lunes 28 las entidades nucleadas en la Mesa de las Carnes volverán a reunirse con el presidente Mauricio Macri, que ya las recibió nada más y nada menos que en ocho oportunidades. Los referentes del sector coinciden que en hubo un cambio enorme en el vínculo con el nuevo gobierno respecto del que había cuando Guillermo Moreno, en su famosa “escuelita”, era el que decidía casi todo respecto del comercio ganadero.
Pero los empresarios también reconocen que hay temas en los que no se pudo avanzar, huesos duros de roer. Y no ocultan su disconformidad por el retraso en algunas medidas anunciadas y que ayudarían a encaminar esas cuestiones pendientes.
Víctor Tonelli, coordinador técnico de la Mesa de las Carnes, se refirió en concreto a dos temas que preocupan: la normalización fiscal del comercio minorista y las retenciones a los cueros sin curtir.
En diálogo con Bichos de Campo, dijo sobre el primer tema que “el comercio minorista es la batalla final de la formalización de la cadena. Avanzamos enormemente en la etapa de compra de ganado y el control de la faena, pero nos encontramos con que hay una proporción muy significativa de los minoristas que no están inscriptos” ante la AFIP.
El consultor consideró que “el Estado debe inducir a los monotributistas a inscribirse. Y si (el comerciante) no puede ser monotributista (por su volumen de facturación), o bien se inscribe como responsable inscripto o bien se debería generar un régimen especial que considere a la categoría carnicería”.
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Tonelli dijo que los carniceros mueven un producto de alto valor (la media res) pero obtienen una renta usualmente baja, por lo que es necesario darle una solución desde lo fiscal para que formalicen sus operaciones y dejen de lado la evasión, que ahora complica a los eslabones que se blanquearon con la promesa oficial de que luego se avanzaría sobre la venta minorista.
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“Si les damos una solución vamos a llegar más rápido a los resultados. Si lo que pretendemos es correrlos con el garrote se van a esconder ,y los resultados estarán alejados. En el medio, mientras tanto, los que se blanquearon y cumplieron se comen el garrón porque no tienen a quien facturarle”, explicó Tonelli, con contundencia.
En ese sentido, consideró que “está faltando una visión más pragmática para resolver los problemas y dejar de lado la visión de que el que no paga muere. Si hubiera visión flexible y positiva para resolver estaríamos en posición superior”. Se refería claramente a la actitud de los funcionarios de AFIP.
El otro tema importante entre los pendientes para la Mesa de las Carnes es el de las retenciones históricas que penalizan la exportación de los cueros sin procesar y constituyen una protección para la industria curtidora local.
“Estamos muy molestos porque de boca de funcionarios del más alto nivel nos dijeron que estaba resuelto y que antes de fin de año estaba la resolución, pero no ocurrió anda. Mentras se mantiene el sistema que solo protege al grupo de las curtiembres y hay un abuso de poder de su parte que asfixia a gran parte de la industria frigorífica”, manifestó Tonelli.
El especialista ganadero agregó que mantiene las esperanzas de que haya avances en el tema porque se “está acumulando cuero en las fábricas, ya que las curtiembres no retiran el de algunas categorías como la vaca conserva”.
Tonelli dijo que no desconocen que la demanda de este producto se redujo a nivel internacional, lo que complica al negocio del cuero, pero aclaró que eso no justifica las varias décadas de protección estatal que tuvieron un manojo de curtiembres cuya actividad fue en definitiva subsidiada por toda la cadena, desde el consumidor de carne, pasando por la industria y terminando en el ganadero.
“La situación es casi de una extorsión que tiene como apalancamiento la imposibilidad e que los frigoríficos exporten cueros”, añadió. El sistema, para fijar estas retenciones que nominalmente son de 10%, toma como referencia los valores de Chicago, que no se corresponden con los locales. Por eso lleva a importantes descuentos de precios a los frigoríficos por ese subproducto de la faena de bovinos. Esto complica el ingreso sobre todo los las fábricas que prestan servicios a los usuarios o matarifes.
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En tal sentido, el coordinador de la Mesa de las Carnes indicó: “Históricamente el cuero fue el 70% del subproducto, que hoy vale 6 pesos por kilo res, lo que quiere decir que (el cuero) debería valer 4 pesos. Pero no llega ni a 2 pesos, menos de la mitad de los niveles históricos. Estamos hablamos del cuero de novillo, que es el más caro. Lo que molesta es que esto sucede por una protección inconstitucional de parte del Estado a una industria que se aprovecha del resto de la cadena para hacer pingues ganancias”, expresó.