La crisis de la chicharrita puso en alerta a los productores de cara a la próxima campaña de maíz. Todavía falta mucho, pero ya se van analizando opciones de siembra, de manejo y cultivos alternativos para evitar las mismas consecuencias negativas que se vieron en este ciclo.
Una opción que podría reemplazar al maíz es el sorgo. Para el especialista Víctor Tobin, que fundó la empresa semillera homónima, hay un incremento muy importante de pedidos de híbridos de ese cereal.
“Se viene una especie de avalancha, y una avalancha no la puede aguantar nadie, ni nosotros ni ningún competidor nuestro porque hicimos una producción este año para abastecer a la demanda en condiciones normales. Y para peor, hace un mes llovieron 350 milímetros en buena parte del país y el clima húmedo para el sorgo es una caja de germinación. Lamentablemente hay muchos problemas de calidad y mucha demanda, por lo que no se va a poder abastecer de ninguna manera el interés que hay de siembra”, indicó Tobin.
El empresario explicó que la semilla producida “siempre apunta a una cobertura de 950 mil hectáreas, aproximadamente, pero ahora las cifras que manejamos muestran una intención de siembra de 1,2 millones, y algunos competidores ya hablan de 1,3 millones. Eso no se puede cubrir porque no se lo produjo y encima lo que se está cosechando tiene problemas de calidad”.
A continuación, agregó: “Todas las empresas, nosotros incluidos, estamos tratando de hacer algo de semilla en el exterior pero ella a veces llega tarde, mal o directamente no llega. Eso te puede servir para una siembra tardía como la de Salta, Chaco o Formosa, pero no para la de la región central donde la implantación es desde la primera quincena de octubre”.
Si falta semilla y crece la demanda debería aumentar el precio del producto, pero según Tobin eso no está sucediendo.
“Hoy no es un problema de precio sino uno de existencias. No podemos vender algo, a precio normal o más caro, y no saber si lo vamos a tener por los problemas que en la cosecha. Nosotros preferimos parar la venta para ver qué cantidad de semilla hay disponible, y después tratar de cumplir, dentro lo posible, con los compromisos que ya había”, afirmó.
En definitiva, no habrá semillas de sorgo suficientes para cubrir la intención de reemplazo del maíz, ya que su área crecería entre 300 y 400 mil hectáreas. Si bien es poco para el maíz, es mucho para el sorgo.
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“Las alternativas que puede tener son, por supuesto, soja, que de acuerdo a lo que se está pensando es el cultivo que puede ocupar mayor superficie”, señaló en este sentido Tobin.
Aún así, el interés por reemplazar el maíz por el sorgo es claro y le consultamos al empresario si eso es realmente viable.
“Todas las cosas que se hacen por locura, por desesperación o por falta de información, nunca llevan a un futuro ordenado. Yo toda la vida he hablado de que el sorgo debería ser un cultivo que debería diversificar su producción junto al maíz. Nunca se me ocurrió hablar de reemplazo porque hay regiones mucho más maiceras y otras mucho más sorgueras. Deberían convivir los dos perfectamente bien en una diversificación de cultivos”, indicó.
Y de darse ese reemplazo, para Tobin no sería en la zona central del país: “No creo que la zona núcleo maicera reemplace al maíz con el sorgo pero sí va a empezar a aparecer. Nosotros tenemos nuestras instalaciones en Salto, provincia de Buenos Aires, una región bien maicera, y tenemos consultas de mucha gente de la zona que va a tratar de hacer sorgos para ver alternativas. Eso sería ordenado, prolijo”, concluyó.
Los agrónomos quieren controlar la chicharrita iniciando de cero. Deben aprovechar la experiencia de otros paises en este tema. Mexico, por ejemplo. No sean boludos.