Cuando la cordobesa Lorena Londero se dispuso a reutilizar el orujo de uva que la bodega de su familia descartaba a diario en cantidad, nunca pensó que daría con un producto que mejoraría un padecimiento personal.
“Mi emprendimiento arrancó a base de una patología que tengo. Yo veía que la bodega de mi papá siempre descartaba orujo y pensaba, ¿por qué no reutilizarlo? Ahí descubrí los beneficios que tiene la semilla de la uva para la salud de las personas, y comencé a producir harina a base de ella”, contó a Bichos de Campo Londero, creadora de la pequeña empresa Resiliencias.
Con un gran porcentaje de omega y antioxidantes, en especial de resveratrol, además de minerales como hierro, magnesio, manganeso, este producto ayuda a mantener equilibrada la microbiota intestinal, mejora la circulación, reduce la inflamación y mejora cuadros de enfermedades autoinmunes.
“Descubrí que se usaba en otros lugares del mundo, y empecé a leer un montón de tesis y análisis de laboratorio donde se corroboraban estos beneficios. No es una locura sino que es algo que validamos, y hoy muchos clientes lo reconocen”, señaló la cordobesa.
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De tomarlo como suplemento, lo conveniente es no someterlo a altas temperaturas para evitar perder sus cualidades antioxidantes. Sin embargo, en caso de usarla como ingrediente gourmet en preparaciones, esta harina es útil para elaborar panificados.
“Podemos usarla para hacer tortas, budines, pizzas o pastas saborizadas. Podemos usarla para lo que se quiera, siempre en pequeñas cantidades”, afirmó.
-¿Te cuesta instalarlo en el mercado? ¿Necesitás hacer mucha docencia?- le preguntamos.
-Sí, hay mucho laburo de docencia. En general, durante las ferias, hay mucha curiosidad y debemos darlo a conocer y explicar. Lo bueno es que se va validando, porque año tras año la persona que lo consume y lo prueba te dice que lo quiere probar de vuelta. Eso es súper positivo