En una sugerente campaña publicitaria el grupo Arcor asegura que elegir sus tomates envasados “no da lo mismo” para el consumidor que optar por los de la competencia. El argumento es que los suyos son sustentables, porque para producirlos siguen prácticas amigables con el medio ambiente y cuidan del recurso agua. ¿Será válido el argumento? ¿Tendrá fundamento o es solo sarasa y marketing? Es lo que nos propusimos indagar en Bichos de Campo. Ahora usted saque sus propias conclusiones.
“Nos dimos cuenta que mucho de los que nosotros hacemos de forma natural en términos de sustentabilidad, en términos de calidad, que son prácticas que están muy por encima del padrón de la industria, nunca lo comunicamos, el consumidor no lo sabía”, contó Gabriel Porciani, gerente general de Consumo Masivo de Arcor, en el marco del lanzamiento de la campaña publicitaria, que fue moderada por el presentador Diego Leuco mientras los invitados degustaban las recetas elaboradas con productos de la marca, hechas por la mediática Chef Madame Papín.
Esta es la publicidad de la cual, en un sano ejercicio, descreemos. ¿Dará lo mismo?
Ante la interrogación, Porciani continuó diciendo que esta campaña “No da lo mismo” es parte del ADN de la compañía, pues “muestra qué hay detrás de cada uno de nuestros productos. En definitiva, es trazabilidad, calidad, sustentabilidad e innovación. La mejora continua es una manera de hacer las cosas que está presente en nuestra cultura de trabajo todos los días”. insistió.
Basándose en estos elementos, Arcor decidió jugar con el origen de su materia prima, por cómo seleccionan las variedades (de tomate, choclo y frutas), y la forma en que escogen los mejores ambientes para desarrollar sus cultivos.
Ellos argumentaron que una muestra de la calidad e inocuidad de sus tomates es que exportan los mismo productos que comercializan de forma local, y que todos ellos son libres de conservantes. De todos modos, en algún envase de puré de tomate se pueda leer, entre los ingredientes, que contiene regulador de acidez y ácido cítrico. Ambos son aditivos alimenticos que clasifican como tipos de conservantes.
Sin embargo, desde la empresa alegan que a nivel industrial cuentan con una tecnología que les permite realizar un tratamiento térmico al tomate con el que pueden prescindir de conservantes y “mantener las características organolépticas de las meterías primas”. Además de que su envases (enlatados y tetrapack), reconocidos a nivel mundial, son seleccionados porque mantienen la esterilidad comercial.
En la adopción de este tipo de tecnologías y la eficiencia productiva, el área de investigación y desarrollo agrícola ha sido muy importante, pues dicen haber aceitado un mecanismo capaz de lograr que el traslado de los tomates del campo a la fábrica se realice el mismo día. Inclusive asegura que los tomates se procesan antes de las 8 horas de ser cosechados. En eso, mucho tiene que la multinacional reordenó la industria, cerrando varias plantas y concentrando la actividad en una fábrica en la cercanía de sus campos ubicados en San Juan y Mendoza.
Según dijeron los representantes de Arcor, la empresa no compra materia prima a cualquiera en un mercado, sino que trabaja en desarrollar cultivos que vayan a tono con sus objetivos industriales. Por eso le aportan los insumos y las variedades a un grupo seleccionado, y sigue muy de cerca en su desarrollo, las prácticas de 45 productores que hace casi tres décadas están asociados y producen especialmente para el grupo.
En el caso del choclo dulce que también envasa, la estrategia es la misma, aunque en este caso los campos que la proveen están ubicados en Villa Mercedes, en San Luis.
“Tenemos 45 productores que nos hacen tomate, principalmente en San Juan Para cada uno de los cultivos utilizamos los agroquímicos permitidos y acorde a las normas argentinas. Lo que nosotros traemos son semillas de distintos lugares del mundo, principalmente en Europa y en Estados Unidos, y lo que hacemos es investigación adaptativa. Las probamos y las ensayamos en nuestro ambiente para ver cuál se adapta mejor, tanto en el campo como en la fábrica. En función de eso es que empezamos hacer más hectáreas de nuevas variedades”, dijo a Bichos de Campo, Arturo Ovalles, gerente de Producción Agrícola en Grupo Arcor.
Arcor, junto a otras grandes marcas pero también instituciones como el INTA, es firmante del Programa Tomate 2000, fundado a finales de los años 90 justamente para poder autoabastecer al país de tomate industria, que no es el mismo tomate que se consume en fresco. Con el acuerdo los industriales se comprometieron con el desarrollo del cultivo y aumentar la competitividad del tomate para industria en Mendoza, San Juan y La Rioja, fundamentalmente.
Un país de boludos: La Argentina no llega a cubrir su consumo de tomate para industria
Hasta el momento, la multinacional argentina, emplean 280 hectáreas para desarrollar sus tres cultivos estrellas. Entre ellas 160 son solo de tomate y se encuentran bajo riego por goteo. El resto se distribuye entre las 5 fincas propias destinadas al cultivo de frutales. Mientras que el choclo es un cultivo que concentran en apenas dos productores
“Nuestras fincas están distribuidas en Mendoza. Tres en la zona de San Martín en el norte de la provincia y las otras dos al sur, en Valle de Uco específicamente. En nuestra fincas hacemos solo frutales: damasco, ciruela, durazno y membrillo”, indicó Ovalles. Y agregó. “Las variedades proviene fundamentalmente de los Estados Unidos y hacemos exactamente lo mismo, se traen las semillas, se prueban y se va viendo cual de las variedades son las que se pueden implantar en nuestras fincas”.
Esta es la variante “no da lo mismo”, pero adaptada al durazno:
En el caso puntual de los frutales, la empresa presume haber pasado 5 años desarrollando una variedad de durazno, con la que dicen haber logrado el sabor característicos de la marca en los productos elaborados con esta fruta. Particularmente porque su calidad no varía en al menos 25 años.
Por otra parte, la prioridad de la empresa es incorporar tecnología de punta, tanto en las fincas propias como en los campos de los productor socios. Por eso, además de concentrar sus inversiones en paliar el déficit hídrico, mediante la tecnología del riego por goteo, también ha introducido a sus campos máquinas para la cosecha mecánica. Esto les permite levantar cultivos todos los días de la semana y garantizar la frescura de sus productos.
“Al productor le mostramos que existen nuevas tecnologías que les ayuda para producir más en la misma superficie y de forma más barata, porque también apuntamos a los costos. Lo incentivamos al productor, a través de viajes al exterior, donde le mostramos estas nuevas tecnologías y la forma de adaptarlas a nuestra zona. Por eso los rendimientos que estamos teniendo en San Juan, que son 100 mil kilos por hectáreas. Estos son los valores que tienen Estados Unidos e Italia”, puntualizó el gerente de Producción.
En materia ambiental, desde el año 2009, la empresa tiene su propio compromiso y abona una estrategia que han denominado “Vivir Mejor”, indicó Bárbara Bradford, la gerente de Sustentabilidad en Arcor, quien asegura que desde la empresa se trabaja para que la tecnología garantice un uso más eficiente del agua, porque bien sabe que para producir alimentos y particularmente tomates se necesita esta recurso.
“Hace 20 años estamos trabajando en trasformar el riego por goteo, sobre todo en la región de Cuyo que es una región con estrés hídrico. Para eso estamos trabajando con una startup, especializada en la eficientización del riego por goteo a través de la inteligencia artificial. A partir ahí hemos estimamos que tenemos un potencial adicional de ahorrar hasta un 30 % más del agua que estamos utilizando hoy, y lo trabajaremos en los próximos años”, detalló la gerente.
El milagro del tomate: Con la unidad de la cadena se logró triplicar los rendimientos a campo
Por otro lado Bradford aseguró que en Arcos es una prioridad no desperdiciar alimentos. “Nosotros hacemos un trabajo minucioso en todas las etapas de la cadena de valor. Estamos al lado del productor durante todo el proceso agrícola y también en la fabrica. Por eso no se desperdicia nada. Por ejemplo, los tomates más lindos y de mejor tamaño van enteros a la lata. Mientras que los más chicos, los que no alcanzan la colorimetría u otro aspecto, siguen siendo tomates de muy buen calidad y se emplean en la pasta. En la fábrica se aprovecha el 100% de los productos”, aseguró.
La empresa considera que se ha convertido en una oportunidad de negocio el mostrar de dónde provienen y cómo se elabora un producto. Parece haber interpretado bien un estudio de la consultora Trendsity, que afirma que “la sociedad experimenta un nuevo paradigma de consumo y prefiere marcas que sean más transparentes”.
Lo que no dicen es que Arcor tiene al menos 3 Marcas , BC ( la campagnola ) y Noel , marcas que no blanquea .
Así la gente que quiere ahorrar compra algunas de estas 2 marcas y le sigue comprando a Arcor.