En primer lugar, y de acuerdo a lo que contaron productores y consignatarios especializados en la venta de estas haciendas la falta de rentabilidad en el tambo complica su participación en este tipo de eventos.
La lechería hace tiempo que pierde plata, si bien en algunos meses de estos últimos años el precio del litro superó a la inflación, casi siempre se mantuvo por debajo del costo y casi nunca se logró un ingreso acorde a la inversión realizada y que permita un retorno del capital que se pone en juego.
La situación es por supuesto mucho más grave en los tambos chicos que cada vez tienen una participación menor en la oferta nacional y que cada año son menos, lo que da cuenta de que la concentración sectorial.
Esa tendencia es mundial pero en Argentina podría ser mucho menor si no hubiera una macroeconomía súper desordenada ni intervenciones que restaran ingreso a la cadena y a los productores como lo son la imposición de derechos de exportación o los programas siempre fallidos de controles de precios.
En ese contexto es muy complicado que un tambo, aunque sea uno de punta y con genética de avanzada en su rodeo, pueda asistir a este y otro tipo de exposiciones.
“Estos eventos implican que uno deba pasar varios días en Buenos Aires y desatender al tambo o dejarlo en manos de empleados, pero se sabe que le ojo del amo engorda al ganado”, dijo Teo Mulder. Entonces, se gasta más y se produce menos, un lujo que no se pueden dar en tiempos de crisis de rentabilidad.
¿Y por qué resulta tan caro participar en Palermo? Gervasio Sáenz Valiente explicó: “Hay que preparar a los animales 30 o 45 días antes. Además tenés que contabilizar el gasto del personal adicional en la muestra, del alimento correspondiente y del mantenimiento de la hacienda que requiere de otros cuidados respecto de las razas carniceras. Y súmale a eso el costo de la inscripción de los animales en la muestra. Entre todos esos ítems el gasto es de 25.000 a 30.000 pesos por animal por día”, precisó.
Mulder, quien supo exponer en esta muestra sus animales, coincidió con las cuentas que sacó el consignatario y dijo que si una cabaña lleva 5 animales a la muestra le implica un gasto de casi 300 mil pesos por día por cabeza, lo que equivale a decir 1,5 millón de pesos por la permanencia en la exposición.
Mulder agregó: “hubo años en los que se contó con cierto apoyo financiero, una especia de subsidio, que este año no estuvo. Entre la crisis sectorial, los costos que de por sí implica participar de este tipo de muestras y la inflación es casi inviable la participación”.
El productor sumó otro punto. Dijo que casi no quedan cabañas en la provincia de Buenos Aires, que deberían en tal caso participar las que siguen en pie en Córdoba y Santa Fe que tienen un costo del flete mucho mayor y eso incremento aún más el gasto. Por eso muchas de ellas, timoneadas por el presidente de la Asociación Holando Argentina (ACHA), Máximo Russ, prefirieron estar exponiendo días atrás en la jornada lechera que organiza el dirigente kirchnerista Íder Peretti, en la sociedad rural de Morteros.
Sáenz Valiente indicó que además en estos eventos se premia a los animales más que nada por sus condiciones fenotípicas, pero la lechería “hoy se basa en el desarrollo de la genómica y en las características que esos datos indican respecto de la productividad de los animales y de lo que le transmitirán a su herencia”.