Con buena voluntad, la articulación del sector público y privado es algo posible. Hay un caso, seguramente entre muchos otros, que confirma que es posible. Y lo bueno es que esto están sucediendo en una zona muy postergada desde lo económico, productivo y sobre todo social: el Impenetrable.
Hablamos del caso de Argenmieles, una firma apícola que nació en 2012 y que forma parte del grupo Grúas San Blas. Esa empresa organizó junto con las cooperativas de la región y con el apoyo del gobierno de la provincia del Chaco una salida comercial para la miel que se produce allí, en medio del monte.
Pero no sólo se limita a eso. Lo que hicieron fue ir reconvirtiendo a los productores, en su mayoría de baja escala, hacia la apicultura orgánica certificada, aprovechando que en esa región no hay muchas otras alternativas y que sobre todo “se cuenta con el activo”, dijo Lucas Andersen, directivo de la firma. Se refiere a que en la zona no se aplican fitosanitarios como sucede en otras áreas del país donde la miel convive con la producción agrícola-ganadera. Eso hizo viable la transformación productiva.
Argenmieles empezó como un trader que hacía solo la compra y venta, luego sumó el envasado y la producción y así abarcaron a toda la cadena. Luego surgió la posibilidad de desarrollar este proyecto con productores y el estado provincial.
Escuchá la entrevista a Lucas Andersen:
“Hace cuatro años que trabajamos con la provincia de Chaco. Los productores son 95 organizados en 7 cooperativas, que fuimos transformando de convencionales en orgánicos” dijo Andersen. Luego explicó que “nuestro rol fue garantizar que esa miel se iba a comprar y comercializar y por eso pudimos presentarla en la Bio-Farm que se hizo este año en Europa”.
El gobierno de Chaco facilitó recursos, como personal para el monitoreo de la producción, las capacitaciones, financiamiento a cooperativas, y ayudo en la conversión de los apicultores en orgánicos. Entre otros aportes se destaca la construcción de salas comunales de extracción “que coordinó el gobierno provincial con créditos del BID (Banco Interamericano de Desarrollo)”.
“El proceso fue muy interesante y cada vez se quiere sumar más gente. Tenemos más demanda de miel de la que se produce y el productor se va dando cuenta de que la reconversión no implica un extra costo importante y que el precio es mucho mayor que el de la miel convencional, ya que hay una demanda consolidada por la miel orgánica en mercados de valor como la Unión Europea”, dijo Andersen.
El referente de Argenmieles dijo que, en cuanto a los valores, la diferencia obtenida es de 20% a 30% dependiendo del momento del año. En cuanto al producto destacó que si bien el sabor de las mieles es similar en este producto se puede certificar el método de producción sin uso de agroquímicos. “El lote está trazado del colmenar al tambor”, afirmó.
Luego agregó que este desarrollo productivo y comercial está ayudando a la mejora en la calidad de vida de muchos productores que no tienen otra alternativa y que además poseen pocas colmenas. “La media en la zona es de 300 colmenas, pero en el país es de 800/1.000 por empresa. Además en muchos casos es la segunda actividad, para ellos es su forma de vida”.
Andersen agregó que la empresa Grúas San Blas planea seguir apuntalando este proyecto pues creen que hay mucho para crecer en producción y el mercado. “Hay que desarrollar nuevos proveedores, hoy exportamos a 18/19 destinos y queremos ir por más”, afirmó.