Buena noticia: en octubre pasado Argentina logró un superávit comercial de 1827 millones de dólares. No tan buena noticia: eso no se logró por un aumento de las exportaciones, sino por un cepo reforzado y discrecional a las importaciones.
Luego de tres meses consecutivos de déficit comercial, desde septiembre pasado Argentina volvió a tener superávit, pero eso se logró gracias al refuerzo del “doble cepo” –cambiario y comercial– aplicado a los importadores, lo que en muchas situaciones está generando desabastecimiento de insumos críticos para muchas industrias y rubros económicos.
Es decir: el superávit comercial logrado es completamente artificial y conseguido a costa de producir enormes perjuicios en un sector privado ya bastante golpeado por la inflación y un creciente nivel de conflictividad social.
El dato clave, según informó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), es que las cantidades de productos agroindustriales exportados en octubre pasado –tal como harina y aceite de soja– disminuyó un 8,5% respecto del mismo mes de 2021.
Eso implica que la principal “máquina generadora de divisas” de la Argentina se está quedando sin “combustible” y, por lo tanto, no puede trabajar a plena capacidad para abastecer de dólares a la economía.
El otro aspecto preocupante es que los términos de intercambio resultaron en octubre desfavorables para la Argentina con respecto a la situación presente un año atrás para generar una pérdida de 39 millones de dólares. Es decir: los precios de lo que exporta el país subieron menos respecto de los bienes que compra en el exterior.
El tercer aspecto que enciende luces amarillas es un repunte del precio de los fletes internacionales. En octubre pasado el valor unitario del flete internacional para importaciones fue de 141,5 u$s/tonelada, una cifra 25% superior a la de igual período de 2021 y casi 145% más elevada que la de octubre de 2020.
Cuarto dato insólito: el mes pasado se emplearon 225 millones de dólares para importar gasoil que podría sustituirse con biodiésel de fabricación 100% nacional, además de requerir otros 72 millones de dólares para importar nafta, combustible que también puede reemplazarse con bioetanol nacional. Con un Banco Central (BCRA) flojito de reservas, cada dólar cuenta.
El quinto motivo de alerta es que la balanza comercial de Argentina con China, que en lo que va del año acumula un déficit bestial de 8020 millones de dólares, en octubre pasado arrojó un superávit de 135 millones. A priori se trata de una buena noticia, que no lo es tanto cuando se sabe que el 73% de los despachos enviados el mes pasado a la nación asiática correspondieron a porotos de soja sin procesar, los cuales se concentraron en octubre luego de la “avalancha” de ventas generada en el mes de septiembre en el marco del régimen denominado “dólar soja”.
En lo que respecta a los datos de los primeros diez meses de 2022, las exportaciones sumaron 75.144 millones de dólares y las importaciones, 70.738 millones de dólares, lo que arrojó un magro superávit de 4406 millones de dólares, el cual se explica por el “cepo” oficial a las importaciones
Las ventas al exterior aumentaron 15,3% (9988 millones de dólares) debido a una suba en los precios (+17,6%) y una reducción en las cantidades enviadas (-1,9%), mientras que las importaciones se incrementaron 38,2% (19.537 millones de dólares) por un aumento de 16,5% en las cantidades y de 18,6% en los precios. Es decir: la matriz comercial actual no es sostenible.
10 meses del 2022
cifra en millones – variación interanual
Importaciones u$s 70.738 +38.2%
Exportaciones u$s 75.144 +15.3%
Saldo u$s 4.406
En un año lleno de reclamo por falta de dólares para importar las impo crecen 38.2% (alguien ha podido importar)
Fuente: INDEC