El impacto de la ganadería en el cambio climático sería muy diferente si las emisiones realizadas por los bovinos fuesen contabilizadas de manera correcta, dado que actualmente –según indican científicos de la Universidad de California en Davis– se están comparando “peras con manzanas”.
El estándar establecido por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) determina que una molécula de metano (CH4) es equivalente a 28 moléculas de dióxido de carbono (CO2).
Sin embargo, Frank Mitloehner, director del Clear Center de la UC Davis, expuso que “la equivalencia entre metano con el dióxido de carbono es una comparación errónea”.
“Si bien es más potente que el dióxido de carbono, el gas de efecto invernadero más común, el metano es un contaminante climático de corta duración que permanece en nuestra atmósfera durante aproximadamente diez a doce años antes de que se descomponga y se elimine”, advirtió.
En contraste, el dióxido de carbono de origen fósil permanece en la atmósfera durante siglos, lo que implica que las emisiones son acumulativas y contribuyen así a ser el principal impulsor del cambio climático.
Para comunicar tal evidencia, el Clear Center, cuyas siglas hacen mención a la “Claridad y Liderazgo para la Conciencia e Investigación Ambiental”, publicó el año pasado un documento y un video explicativo, el cual fue recientemente traducido al castellano.
El documento elaborado por el Clear Center indica que, como las emisiones de metano se eliminan en apenas doce años, al estabilizar las emisiones generadas el sector ganadero puede lograr el estado de “neutralidad climática” (un criterio que, claro, no es aceptado por el IPPC, que fija las normas para calcular los balances de las emisiones de las naciones del mundo).
“Si reducimos las emisiones de metano que produce el ganado, estaríamos extrayendo activamente el carbono de la atmósfera, que es como si almacenáramos dióxido de carbono en el suelo”, explicó el investigador del Clear Center.
Luego de diez a doce años, las emisiones de metano generada por la fermentación entérica de los bovinos se degradan para transformarse en dióxido de carbono
“El carbono biogénico es diferente al fósil porque forma parte de un ciclo biológico”, expuso Mitloehner en referencia al ciclo en el cual el dióxido de carbono es capturado vía fotosíntesis por las plantas para ser almacenado como celulosa y capturado por el suelo; ese carbono, al ser consumido por bovinos, es liberado a través de eructos en forma de metano, el cual se libera a la atmósfera para ser degradado en un período de diez a doce años; el producto de ese proceso es dióxido de carbono, el cual es capturado por las plantas para repetir nuevamente el proceso.
Si bien la evidencia científica muestra que el metano generado por bovinos no tiene el mismo impacto que el dióxido de carbono generado por fuentes fósiles, por una cuestión política el IPCC, organismo dependiente de Naciones Unidas, considera que ambos elementos son equiparables.