Un tranquilizador informe del USDA se encargo de mostrar hoy que, pese al drama comercial generado por el conflicto ruso-ucraniano, la realidad –según el documento– no es tan grave como parece.
De todas maneras, el primer párrafo del informe mensual de oferta y demanda mundial de commodities agroindustriales del USDA aclara que, debido al conflicto bélico presente en el Mar Negro, la incertidumbre presente en el mercado mundial es muy elevada y, por lo tanto, el contenido del documento debe interpretarse como una aproximación inicial.
El USDA redujo en 7,0 millones de toneladas la oferta exportable potencial de trigo en 2021/22 por parte de Rusia y Ucrania, al tiempo que incrementó las exportaciones previstas por parte de Australia. Ese “combo”, junto con una reducción esperada de las importaciones globales, permitiría –según el informe– terminar con un stock final mundial del cereal de 281,5 millones de toneladas versus 278,2 millones previstas un mes atrás.
Por otra parte, el USDA no consideró revisar la proyección de producción de trigo en China, donde espera 136,9 millones de toneladas (lo mismo que un mes atrás), a pesar de que el gobierno chino anunció que un tercio del área del cultivo está en verdaderos problemas.
En cuanto a maíz, el USDA redujo la oferta exportable prevista por parte de Ucrania en 6,0 millones de toneladas, pero aumentó la estimación para EE.UU. y redujo la proyección de consumo global, con lo cual el stock final global 2021/22 quedaría en 300,9 millones de toneladas versus 302,2 millones estimados un mes atrás. Es decir: nada grave.
Un dato llamativo es que el USDA prevé que Argentina terminará cosechado este año 53 millones de toneladas de maíz y Brasil 114 millones, algo que aún está por verse por el impacto de la sequía registrada en vastas zonas del Mercosur.
En lo que respecta a soja, el USDA redujo la estimación de la cosecha argentina de 45,0 a 43,5 millones de toneladas, al tiempo que la brasileña también fue recortada de 134 a 127 millones. En el caso de Paraguay la previsión bajó de 6,30 a 5,30 millones de toneladas. Tal como sucede en el caso del maíz, aquí los números siguen luciendo probablemente muy optimistas ante el colosal daño generado por la restricción hídrica en Sudamérica.
La realidad es que, más allá de los números calculados por el USDA, los cuales, según el propio organismo, deben ser interpretados como una aproximación, no existe manera de saber cuáles serán las exportaciones que lograrán realizar Rusia y Ucrania porque sencillamente no es factible a la fecha predecir cuándo y cómo terminará el conflicto bélico.
De todas maneras, la difusión del informe fue una buena excusa para que operadores especulativos liquidaran contratos de trigo, soja y maíz en el CME Group para capturar las enormes utilidades registradas en las últimas semanas.