Por Nicolás Razzetti.-
Los datos del Senasa sobre la faena vacuna indican que en noviembre las hembras representaron el 45% del total, lo que expresa claramente que hay una caída marcada del interés por la retención de vientres. Eso explica que haya habido un mayor encierre a corral de hembras livianas, que en este último trimestre se están vendiendo como hembras gordas livianas.
Es la primera vez desde el inicio de la gestión de Cambiemos que la participación de vacas, vaquillonas y terneras en el total de la faena de bovinos supera el límite del 43%, lo que divide las aguas entre una situación de retención o liquidación de hacienda.
En 2016 hubo un claro proceso de retención: los ganaderos guardaban sus vacas para poder así tener más terneros y hacer crecer sus rodeos. Entonces las hembras rondaron el 40/42% del total, un porcentaje que en los últimos meses había aumentado al 43%.
Pero como reza el dicho, “una golondrina no hace verano”. Con esto queremos decir que el dato aislado del 45% no permite sostener todavía que se pueda haberse iniciado un proceso de liquidación ganaderas, aunque por lo menos enciende una luz de alarma.
La falta de interés se refleja también en las cotizaciones de la hacienda. A principios de 2016 una vaquillona preñada valía 14/16 mil pesos. Y casi dos años más tarde tienen la misma cotización.
El menor interés por la retención se vio influido por varias cuestiones.
- La reposición fue muy fuerte el año pasado y ya no quedan campos por poblar.
- La inundación castigó a gran parte de la zona de cría y ahora comienza a preocupar en algunas regiones la seca, que también achica los campos.
- También hay que destacar que el optimismo que imprimió a los productores el cambio de gobierno dio lugar a expectativas más moderadas respecto de la rentabilidad de la ganadería y de su evolución posible.
- Las exportaciones no despeguen más allá de lo que se pueda embarcar a China, y su crecimiento va a seguir siendo moderado o coyuntural.
El mes pasado, según las estadísticas de Senasa, la faena de vacas aumento en forma interanual el 6,4%, duplicando el promedio de todo el año (3,1%).
La faena de vaquillonas aumentó 18%, estuvo en línea con la tendencia de los últimos meses, mientras que la de terneras creció 17,5%, por encima del promedio acumulado en 2017.
Por el lado de los machos hubo un dato positivo: la faena de novillos en noviembre aumentó 10%, lo que indica un claro interés a producir animales más pesados, lo que se logra con recría, el aprovechamiento de de la conveniente relación maíz-carne y los incentivos que dio la exportación, que en muchos momentos pagó precios más altos que el consumo.