Un hecho lamentable ocurrió el viernes pasado en la zona de Delta del Paraná, y puso en evidencia la falta de control policial que existe en el lugar.
Cerca de las doce de la noche, un hombre de 67 años fue asesinado a quemarropa mientras se encontraba pescando junto a unos amigos, en un campo a orillas del Río Paraná Guazú. La propiedad, que se extiende por 2500 hectáreas, pertenece al productor ganadero Carlos Alberto López, delegado zonal en la Sociedad Rural de la Provincia de Buenos Aires, que solía permitirle el ingreso a la víctima identificada como Raúl Antonio Ramírez.
“El campo tiene una vivienda principal, a 11 kilómetros del lugar donde ocurrió esto, y una vivienda más precaria y deshabitada, que no la usamos porque justamente es arriesgado vivir ahí en soledad. Incluso nos han robado cosas de esa casa varias veces, como el hogar, muebles y el equipo de radio. Este hombre nos avisaba y venía a pescar de vez en cuanto. Siempre se quedaba debajo de los pilotes y se hacía un asado”, contó a Bichos de Campo López.
“El viernes yo estaba en mi casa en Vicente López, y me llama mi hijo para decirme que un empleado del Hospital Boca Carabelas, frente a Escobar, le avisó que habían pedido un forense para ir a nuestra propiedad porque habían matado a alguien. Cuando llegué al lugar estaba la policía científica, el fiscal, y los compañeros del hombre fallecido que habían logrado esconderse”, relató el productor a continuación.
Según pudo saber López luego de las declaraciones, Ramírez había ido al lugar con otras tres personas. Una de ellas, un joven de no más de 18 años, se quedó con él en la costa para preparar el fuego, mientras las otras dos buscaron “un lugar de pique” en el río.
“Los que estaban en la otra punta del islote vieron parar una embarcación con luz de policía y una sirena similar, que llegó hasta la parte en donde se encontraba la casita. Ahí escucharon disparos. Según contó el joven que estaba en tierra, estas personas llegaron, se identificaron como policías y los encandilaron con sus linternas. Les dijeron que se tiren al piso y le dispararon a este hombre. El joven consiguió escapar y esconderse”, dijo el ganadero.
De acuerdo con lo que luego descubrieron las autoridades del destacamento Canal Alem, perteneciente a la Dirección Seguridad de Islas de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, estas personas venían de robar en otro campo, al otro lado del río.
“Nos enteramos que veinte minutos antes le robaron a un vecino, de apellido Crespín, que estaba con un amigo y su hija en la casa durmiendo. Los despertaron con gritos y patadas, y de hecho Crespín terminó hospitalizado en Villa Paranacito. Esto no es la primera vez que ocurre. Ya ha pasado que a pescadores los han atacado así violentamente. No es el primer muerto en estas circunstancias”, lamentó el delegado de la rural local.
Lo cierto es que desde hace al menos cinco años que aquella zona carece de un destacamento policial propio. Por el contrario, solo cuentan con el de Alem, que está a más de 20 kilómetros de distancia.
“En un momento teníamos un destacamento ocupado por policías de la provincia. Era una vivienda de personal del INTA, de hace 50 años atrás, que estaba desocupada y que esa Institución cedió en comodato para instalar allí una comisaría. Está justo en camino interno del delta, donde se cruza con el transbordador de Otamendi. Después lo desafectaron y nunca más pusieron personal ahí. Pero el lugar está en condiciones hoy mismo de ser ocupado porque está impecable”, indicó López.
-¿Los productores planean hacer algo ahora?– le preguntamos.
-El martes que viene tenemos reunión del Consejo local Asesor del INTA, del que soy presidente, y propuse tocar este tema, para ver qué gestión podríamos hacer con algún funcionario. No es muy difícil, si la policía percibe una lancha, ella no tiene por dónde escaparse. Hay muchos grupos de productores que estamos unidos y todos intervenimos pero no tenemos respuesta.