Martín Oesterheld es docente de la cátedra de Ecología de la Facultad de Agronomía de la UBA y además investiga para el Conicet, ya que dirige el IFEVA (Instituto de investigaciones fisiológicas y ecológicas vinculadas a la agrcultura). “En su momento fue audaz meter la materia de ecología en Agronomía, fuimos los primeros. Pero hoy nadie lo dudaría”, celebró el académico.
Oesterheld además valoró que desde la creación de la carrera de Ciencias Ambientales en la Facultad de Agronomía, los alumnos de ambas carreras conviven durante los primeros años de su carrera. “Eso es un proceso muy rico, porque estamos formando agrónomos con conciencia ambiental e ingenieros ambientales con conciencia productiva”, destacó Oesterheld. “Tenemos una escuela para graduados que ha sacado muy grandes profesionales de la agricultura y ecología”, agregó.
Aquí la entrevista completa con Martín Oesterheld:
Consultado por Bichos de Campo sobre el impacto que podría tener la pandemia del coronavirus, Oesterheld expresó con seguridad: “Saldremos un poco más sabios”.
Respecto de la agricultura argentina, el especialista asegurpó que “tenemos un montón de deudas pendientes” en materia ambiental. Enumeró: “Con los nutrientes, con el agua, con la biodiversidad. Pero tampoco estamos tan mal”, se ilusionó. “Estamos avanzando en materia de conciencia ambiental”, agregó.
“La agricultura es una actividad en íntimo contacto con la naturaleza y por lo tanto enfrenta conflictos permanentemente con el ambiente”, indicó Martín. Aclaró, de todos modos, que los impactos de este encuentro “no solo pueden ser negativos sino que pueden ser también efectos positivos para toda la sociedad”, explicó. Puso como ejemplo la captura de Carbono de la atmósfera.
“Hace poco di una charla en AACREA y era notable como la agenda ambiental ya es muy relevante y está muy arriba en todas las discusiones. Interesa y mucho la relación de la agricultura con el ambiente. Creo que eso es un progreso enorme”, destacó Oesterheld.
“No importa cómo llegamos, pero el camino en este sentido ya está lanzando”, celebró. Comparó con la tragedia de Cromañón, que provocó casi 200 muertos en 2003. “Los edificios cambiaron y todos aceptamos los cartelitos verdes de salida de emergencia, Con la agricultura alguna pasó lo mismo, ya que en su momento vimos la tragedia de la erosión”, mencionó. Ahora, la mayor presión viene por el lado de las aplicaciones de agroquímicos.
Para Oesterheld toda esta nueva ola de interés por una visión más ecológica de la agricultura proviene por la explosión de un modelo intensivo, que sufre duros embates de parte de las malezas resistentes a los herbicidas. “No podemos pelear contra la selección natural”, argumentó.