El establecimiento familiar “San Francisco de Asís”, en pleno quebrachal de la Cuña Boscosa en Santa Fe, se convirtió en caso de éxito de la ganadería silvopastoril. Con tres décadas de trabajo en el que se integró a las vacas al ecosistema, acompañados por el INTA lograron revertir la baja aptitud ganadera, a partir de una intervención cuidadosa de las 200 hectáreas de bosque que poseen dentro del Gran Chaco Americano.
“El bosque es un ecosistema que está compuesto por muchos componentes, cada uno de ellos con una función. Cuando el bosque está saneado, todo el sistema tiende al equilibrio. La producción ganadera es una consecuencia y no un objetivo en sí mismo. Trabajamos en función de todo el ecosistema, no centrados en la vaca”, afirmó Abel Menapace, productor y dueño del establecimiento familiar “San Francisco de Asís”.
Argentina cuenta con casi 50 millones de hectáreas de bosque nativo, de las cuales más del 60% fueron clasificadas como de protección intermedia en el marco de la ley 26.331 de protección de bosques.
Entre las dificultades que presentan estos sistemas, se destaca la baja eficiencia productiva y reproductiva de la ganadería, tensión por el uso productivo de la tierra, escasas alternativas tecnológicas y manejo de pasturas en ambientes críticos.
“Frente a este escenario, el Manejo del Bosque con Ganadería Integrada (MBGI) se presenta como una oportunidad para lograr una producción diversificada con mayor valor agregado y un mayor conocimiento de los procesos de regeneración de bosques, factores determinantes de la productividad del sistema y servicios ecosistémicos”, explicó Germán Castro, investigador del INTA Reconquista en Santa Fe.
Actualmente, gracias a este manejo, los productores lograron que el 70% de la superficie total del establecimiento tenga una aptitud ganadera buena a muy buena, dejando un 30% restante como refugio de la diversidad. La proporción de animales por hectárea de 1 a 1, por lo que en los mejores momentos tienen entre 140 y 150 cabezas de ganado.
“Cada componente del ecosistema cumple una función y es parte de un sistema. La clave está en hacerlo con respeto a las especies y con mucho cuidado por nuestra actitud de juicio de valoración”, indicó Menapace.
Además, explicó que el manejo del ganado en el bosque también tiene sus cuidados: “Realizamos un pastoreo racional, rotativo y diario con dos rodeos, uno de cría y otro de recría”. La ración del ganado en ciclos secos pasa a ser arbórea, es decir, frutas y hojas caídas, brotes y rebrotes.
“El manejo del bosque es el manejo del pastoreo. El pastoreo debe ser rotativo para darle al pasto el tiempo suficiente y necesario para que se recupere. Según el manejo que se le dé al pastoreo, la vaca puede ser un agente de regeneración o de degradación”, aseguro Castro.
Actualmente el establecimiento es también un centro observacional, donde se abarcan las dimensiones de la investigación, la producción y la mejora, lo que servirá para que organismos como INTA, facultades y ONGs obtengan datos.
Cómo joden metiendo vacas en todas partes.
Hay que comer menos carne.
Todos somos libres para hacer lo que nos gusta siempre que no te metas con los otros. Podrías intentar…