La seca de los últimos meses adelantó todo el ciclo ganadero. Desde el arranque del año hubo mayor oferta, porque los criadores se quedaron sin pasto para retener a la invernada y darle más kilos a sus terneros para venderlos en mejor estado. Por la misma razón, también debieron reducir sus planteles de vacas.
La zafra de terneros está finalizando, las ofertas en los remates son menores y se estima que a partir de julio se sentirá una caída marcada de los ofrecimientos. La salida se adelantó este año entre uno y dos meses, y por lo tanto la oferta se cortará también antes.
La alta oferta y la poca demanda de los campos de recría hizo que la única alternativa fuera el engorde a corral, que tuvo la posibilidad de comprar los terneros a precios que les resultaron convenientes en función de sus costos y rentabilidad.
Según un reciente informe de los técnicos de la Secretaría de Agricultura, “esta coyuntura, sumada a la ya mencionada baja en los precios de las vacas, resintió fuertemente los márgenes de la cría, a punto tal que hasta los arrendamientos quedaron desfasados”.
Ese documento oficial destaca que “la recría de terneros tiene hoy números más ajustados que los de años pasados y depende mucho de la disponibilidad actual de pasto y reservas”, mientras que el engorde a corral está aprovechando “el ternero barato y lleva cuatro meses de números positivos gracias a la relación compra/venta favorable y a que se abarató la alimentación”.
El exceso de oferta, la caída en precios del ternero y de la vaca, y la suba de costos impactaron finalmente en el resultado económico de la cría. Es, vale la pena recordarlo, el primer eslabón de la ganadería y el que más se debería cuidar, porque la mejoría del stock ganadero del país depende de su salud.
“Los márgenes bruto y neto se han reducido sensiblemente (-30% en el resultado neto para el modelo de Cuenca del Salado). A moneda constante y comparando interanualmente (mayo de 2023 versus mayo de 2022), la caída es del 44%. Este planteo, cuyo resultado neto en campo propio fue de 13 mil pesos por hectáre, en campo arrendado ya es negativo, lo que suena lógico siendo que los arrendamientos se pactan en kilos de novillo, que aumentó bastante más que el del ternero”.
En efecto el kilo de novillo tuvo una actualización interanual de 55/60% mientras que el ternero de invernada mejoró 40%.
Este es el documento completo:
000001-Boletín Nº 46 junio 2023
En los sistemas de ciclo completo, completa el informe de la Secretaría de Agricultura, “el cuadro es similar, con una caída en los precios de vacas y terneros que no pudo ser compensada por el aumento en las categorías de faena, teniendo en cuenta que también aumentaron los gastos directos y las amortizaciones”.
El eslabón productivo que salva las papas es el engorde a corral. “Si bien los precios del gordo dejaron de subir en los últimos dos meses mientras la inflación no cede, la relación compra-venta y el maíz que se abarató permitieron que logre números positivos en el margen bruto y en resultado anual (aún con maíz comprado), acumulando ya cuatro meses con margen bruto positivo”, dice el análisis oficial.
Pero para adelante la cuestión tiende a ser bien diferentes. Por ahora la salida de hacienda liviana es importante y eso durará al menos hasta octubre, por lo que los valores del ganado para faena tenderían a estabilizarse recién a partir de esa fecha.
“En el segundo semestre saldrá mucha hacienda liviana de los corrales y seguramente habrá mayor demanda por vientres y terneros, necesarios para recomponer las existencias”, dice el trabajo. Esto augura un cambio en las relaciones de precios y en las ecuaciones económicas de los eslabones productivos de la cadena ganadera, pronosticando una mejoría en el ingreso en una fase de buenos valores para los criadores.
“Hasta la primavera habrá oferta de ganado para la faena, pero luego se irá cortando y en el cierre de 2023 y durante la mayor parte de 2024 no veremos mucha oferta porque la cría se vio muy afectada por la seca”, indicó el consultor Víctor Tonelli, validando esta hipótesis.
En estas condiciones, lo que le queda a la ganadería es pasar el invierno, para ir luego a un escenario de poca oferta y precios en alza. destas subas podrían incluso ser todavía mayores si se da la corrección cambiaria que el mercado espera en el cierre de este o en el gobierno que viene.