En abril pasado ministro Sergio Massa negoció con representantes del gobierno chino la posibilidad de emplear parte del “swap” vigente con el Banco Central de la nación asiática para poder abonar importaciones de origen con yuanes.
Ese monto inicial, por una suma equivalente a 1040 millones de dólares, fue posteriormente ampliado en junio hasta una cifra equivalente a unos 5000 millones de dólares.
Ahora bien, ¿tuvo esa iniciativa algún impacto en el mercado argentino de fertilizantes, que requiere importar la totalidad del fósforo y gran parte del nitrógeno que necesitan los cultivos para poder expresar su potencial productivo?
La respuesta es un rotundo “no”, porque las estadísticas oficiales (Indec) muestran que la participación de los ingresos de fertilizantes chinos no sólo no se incrementó, sino que se hecho disminuyó este año respecto del anterior.
En lo que va del año 2023, según datos actualizados hasta septiembre, las importaciones de urea granulada sumaron 515.149 toneladas, de las cuales apenas el 0,3% provino de China. Los mayores proveedores del producto fueron Egipto, Argelia, Nigeria y Turkmenistán, entre otros.
En lo que respecta a los ingresos de fosfato monoamónico, en los primeros nueve meses del presente año ingresaron 560.119 toneladas, de las cuales casi un 19% correspondió a embarques provenientes de China. El mayor proveedor del período siguió siendo Marruecos con una participación preponderante.
En los primeros nueve meses de 2022 Argentina había logrado importar 605.346 toneladas de fosfato monoamónico, de los cuales casi un 24% correspondió al producto originado en China.
Por lo tanto, en lo que respecta al “swap”, que en los hechos es una suerte de crédito comercial concedido de manera discrecional por el gobierno chino a la Argentina, no tuvo impacto alguno en lo que respecta a la disponibilidad de fertilizantes en el mercado local.