El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, le prometió este jueves a la embajadora de Israel en Argentina, Galit Ronen, que la Argentina enviará a su país los volúmenes habituales de carne vacuna producida bajo el rito kosher. Lo hizo luego de que hubiera vencido a fin de año un cupo especial de 3.500 toneladas por mes para dicho país.
“Estamos trabajando en un modelo de desarrollo de nuestra ganadería”, cuyo objetivo es “construir previsibilidad y confianza”, dijo altisonante el ministro, sin decir casi nada. Luego añadió -según un comunicado oficial del cual solo sirven las fotografías- que “esa es la encomendación del presidente Alberto Fernández”.
Lo que importa es el gesto y Domínguez -según se informó oficialmente- “reafirmó su compromiso institucional en materia de comercialización de carne vacuna a ese país”.
Eso, haciendo las traducciones del caso desde el particular idioma lleno de vericuetos del ministro, debería implicar que les aseguró a los israelíes el suministro de carne para 2022 a pesar de que el 31 de diciembre pasado dejó de tener efecto la cuota de 3.500 toneladas mensuales que habilitó el gobierno en agosto pasado para que 16 plantas frigoríficas que reciben a los rabinos oficializados por ese país pudieron proveerle de carne certificada bajo el rito kosher.
La importante de esta foto con Galit Ronen es que ese fue la diplomática que en junio pasado puso el grito en el cielo cuando la Argentina, de mal modo, dispuso en mayo de 2021 un cierre total de las exportaciones de carne que no contemplaba la situación especial de ese país, el segundo mayor cliente en importancia para los frigoríficos argentinos detrás de China.
“No puede ser que cada vez que le da ganas a la Argentina, Israel se queda sin carne”, había dicho la embajadora de Israel en Argentina, molesta porque otros cupos como la Cuota Hilton o las 20 mil toneladas de carne para Estados Unidos no habían sufrido las restricciones al igual que la carne kosher. Luego de eso se armó ese cupo especial de 3.500 toneladas mensuales.
La promesa de Domínguez sobre que este año no habrá inconvenientes se sustenta, a pesar de que ya desapareció ese atajo, es que se eliminaron todo el resto de los cupos de exportación que regían hasta fin de año y que por lo tanto se podrá cumplir con los envíos a Israel como se hacía normalmente, ya que ese país suele llevar los cortes del cuarto delantero de los bovinos, que no entran dentro de las prohibiciones a lso siete cortes de consumo popular que sí tienen impedida su exportación.
Domínguez estuvo acompañado por el embajador argentino en Israel, el ex gobernador entrerriano Sergio Urribarri. Luego de la ruenión “desde la cartera agropecuaria se planteó que las exportaciones de carne argentina están garantizadas”.